Salmos 141 - Biblia Martin Nieto1 Salmo de David 2 que mi oración sea como incienso en tu presencia, y mis manos alzadas, la ofrenda de la tarde. 3 Pon, Señor, en mi boca un centinela, un guardia en la puerta de mis labios; 4 no inclines mi corazón a la maldad, a cometer delitos con los criminales; que no participe nunca en sus banquetes; 5 que me hiera un justo, que un hombre piadoso me reprenda, pero que la fragancia del criminal jamás perfume mi cabeza; pues a sus crímenes yo opondré siempre mi oración. 6 Sus jueces serán precipitados por un despeñadero, entonces comprenderán qué dulces eran mis palabras; 7 como se abren surcos en la tierra, serán esparcidos sus huesos en la boca del abismo. 8 Señor, Señor, hacia ti vuelvo mis ojos, en ti me refugio, no me rechaces; 9 guárdame del lazo que me tienden y de las insidias de los criminales; 10 los criminales caerán todos juntos en sus trampas, mientras que yo pasaré incólume. |
Evaristo Martín Nieto©