Bíobla ar líne

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Lucas 6:29 - Biblia Martin Nieto

Al que te abofetea en una mejilla, ofrécele también la otra; a quien te quita el manto, dale también la túnica.

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Si alguien te da una bofetada en una mejilla, ofrécele también la otra mejilla. Si alguien te exige el abrigo, ofrécele también la camisa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al que te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Al que te arrebata el manto, entrégale también el vestido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Al que te hiere en la mejilla, preséntale también la otra, y al que te quita el manto, no le impidas tomar° también la túnica.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; y a quien intenta quitarte el manto, no le impidas llevarse también la túnica.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y al que te hiera en una mejilla, dale también la otra; y al que te quite la capa, no le impidas llevar aun la túnica.

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Lucas 6:29
15 Tagairtí Cros  

El rey le dijo: '¿Para qué tantas palabras? He decidido que tú y Sibá os repartáis las tierras'.


Entonces Sedecías, hijo de Canaaná, dio una bofetada a Miqueas, y le dijo: '¿Es que el espíritu del Señor me ha dejado a mí para hablarte a ti?'.


He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a quienes me mesaban la barba; no he hurtado mi rostro a la afrenta y a los salivazos.


ofrezca la mejilla a quien le hiere y se sacie de ultrajes.


Y tú, Belén Éfrata, la más pequeña entre los clanes de Judá, de ti me saldrá el que ha de reinar en Israel. Sus orígenes vienen de antiguo, de tiempos remotos.


Lo escupieron en la cara y le dieron bofetadas y puñetazos,


lo cubrieron con un velo y le preguntaban: 'Adivina quién te ha pegado'.


Da a quien te pida, y no reclames a quien te roba lo tuyo.


Al decir esto Jesús, uno de los guardias allí presentes le dio una bofetada, diciendo: '¿Así respondes al sumo sacerdote?'.


El sumo sacerdote Ananías mandó a los que estaban junto a él que le dieran un puñetazo en la boca.


Hasta ahora padecemos hambre, sed y falta de ropa. Somos abofeteados, andamos errantes


¡Ya es una desgracia para vosotros andar pleiteando unos con otros! ¿Por qué no preferís dejaros robar?


De hecho, si alguno os esclaviza, os explota, os engaña, os trata con soberbia, os abofetea, todo lo aguantáis.


Porque vosotros habéis compartido las penas de los presos, habéis aceptado con alegría el que os quitaran vuestros bienes, siendo conscientes de que estáis en posesión de una riqueza mejor y permanente.