Isaías 50 - Biblia Martin Nieto1 Esto dice el Señor: ¿Dónde está el acta de divorcio por la que yo he despedido a vuestra madre? O ¿cuál es mi acreedor a quien yo os haya vendido? Por vuestras culpas fuisteis vendidos, por vuestros pecados fue despedida vuestra madre. 2 ¿Por qué, cuando vine, no encontré a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Sería acaso mi brazo demasiado corto para libertar o me faltaría fuerza para salvar? Con una amenaza seco yo el mar, convierto los ríos en desierto; y sus peces, por falta de agua, se amustian y mueren de sed. 3 Yo visto el cielo de negro y le recubro de sayal. 4 El Señor Dios me ha dado una lengua de experto para que yo sepa responder al cansado. Cada mañana me despierta el oído para escuchar como un discípulo. 5 El Señor Dios me ha abierto el oído y yo no he resistido, no me he echado atrás. 6 He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a quienes me mesaban la barba; no he hurtado mi rostro a la afrenta y a los salivazos. 7 El Señor Dios viene en mi ayuda; por eso soporto la ignominia, por eso he hecho mi rostro como pedernal y sé que no quedaré defraudado. 8 Próximo está el que me hace justicia, ¿quién puede litigar conmigo? ¡Comparezcamos juntos! ¿Quién es mi demandante? ¡Preséntese ante mí! 9 Si el Señor Dios me ayuda, ¿quién puede condenarme? Todos se gastarán como un vestido, la polilla los consumirá. 10 El que de vosotros tema al Señor y escuche la voz de su siervo, el que camine en tinieblas, sin ver ninguna claridad, confíe en el nombre del Señor y apóyese en su Dios. 11 Pero todos vosotros que prendéis fuego y atizáis brasas caed en las llamas de vuestro fuego, en las brasas que atizáis. Mi mano os tratará así, os hundiréis en los tormentos. |
Evaristo Martín Nieto©