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Jeremías 50:8 - Biblia Martin Nieto

Huid de Babilonia, salid del país de los caldeos, sed como machos cabríos a la cabeza del rebaño.

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Biblia Reina Valera 1960

Huid de en medio de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos, y sed como los machos cabríos que van delante del rebaño.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Pero ahora, ¡huyan de Babilonia! Abandonen la tierra de los babilonios. Guíen a mi pueblo de regreso al hogar como hace el macho cabrío que va a la cabeza de la manada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Huyan de Babilonia y del país de los caldeos. Salgan como salen los machos cabríos a la cabeza del rebaño.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Huid de Babilonia y del territorio caldeo! ¡Salid como machos cabríos delante del rebaño!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Huid de Babilonia, salid del país de los caldeos. Sed como machos cabríos al frente del rebaño.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Huid de en medio de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos, y sed como los machos cabríos delante del ganado.

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Jeremías 50:8
11 Tagairtí Cros  

el gallo que se pasea con gallardía entre sus gallinas; el macho cabrío que va conduciendo su manada, y el rey cuando arenga a su pueblo.


¡Salid de Babilonia, huid de los caldeos! Con gritos de júbilo anunciad y proclamad esto, publicadlo hasta los confines de la tierra. Decid: El Señor ha redimido a su siervo Jacob.


Despierta, despierta, vístete de tu fuerza, Sión; ponte tus vestidos más espléndidos, Jerusalén, ciudad santa. Pues ya no volverá a entrar en ti el incircunciso ni el impuro.


¡Fuera, fuera, salid de allí; no toquéis nada impuro, salid de en medio de ella, purificaos los que lleváis los vasos del Señor!


Sal de en medio de ella, pueblo mío, y sálvese quien pueda del ardor de la ira del Señor.


¡Huid de Babilonia, cada cual salve su vida! No perezcáis en su castigo, porque es la hora de la venganza del Señor y va a pagarle como se merece.


¡Hala! Sálvate, Sión, tú que habitas en Babilonia.


y dijo a la comunidad: 'Alejaos de las tiendas de estos malvados; no toquéis nada de cuanto les pertenece, no sea que perezcáis envueltos por sus pecados'.


Por esto: Salid y separaos de ellos -dice el Señor-; no toquéis nada impuro, y yo os recibiré;


Oí otra voz que venía del cielo y decía: Sal de ella, oh pueblo mío, para que no seas solidario de sus pecados y no participes de sus plagas;