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Jeremías 51:45 - Biblia Martin Nieto

45 Sal de en medio de ella, pueblo mío, y sálvese quien pueda del ardor de la ira del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

45 »Sal, pueblo mío, huye de Babilonia. ¡Sálvense! Huyan del terrible enojo del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

45 salgan de allí, pueblo mío! ¡Que cada uno de ustedes salve su vida ante el fuego de la cólera de Yavé!

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La Biblia Textual 3a Edicion

45 ¡Salid de en medio de ella, pueblo mío!° ¡Ponte a salvo de la ardiente ira de YHVH!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

45 Sal, pueblo mío, de en medio de ella y salve cada uno su vida de la ira furibunda de Yahveh.

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Jeremías 51:45
13 Tagairtí Cros  

¡Salid de Babilonia, huid de los caldeos! Con gritos de júbilo anunciad y proclamad esto, publicadlo hasta los confines de la tierra. Decid: El Señor ha redimido a su siervo Jacob.


¿Oís? Fugitivos y escapados del país de Babilonia vienen a anunciar en Sión la venganza del Señor, nuestro Dios.


Huid de Babilonia, salid del país de los caldeos, sed como machos cabríos a la cabeza del rebaño.


Vosotros, los escapados de la espada, salid, no os detengáis. Invocad al Señor en esta tierra lejana y acordaos de Jerusalén.


¡Huid de Babilonia, cada cual salve su vida! No perezcáis en su castigo, porque es la hora de la venganza del Señor y va a pagarle como se merece.


Queríamos curar a Babilonia, pero no se ha curado. Dejémosla y marchémonos cada uno a nuestra tierra. Sí, su condenación llega hasta el cielo, se eleva hasta las nubes.


Entonces el ángel que hablaba conmigo se quedó parado, y otro ángel se le adelantó


y dijo a la comunidad: 'Alejaos de las tiendas de estos malvados; no toquéis nada de cuanto les pertenece, no sea que perezcáis envueltos por sus pecados'.


Y con otras muchas palabras los apremiaba y los exhortaba diciendo: 'Salvaos de esta generación perversa'.


Por esto: Salid y separaos de ellos -dice el Señor-; no toquéis nada impuro, y yo os recibiré;


Oí otra voz que venía del cielo y decía: Sal de ella, oh pueblo mío, para que no seas solidario de sus pecados y no participes de sus plagas;


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