David puso guarniciones en Siria de Damasco, y los sirios le quedaron sometidos y le pagaron tributo. El Señor daba la victoria a David por dondequiera que iba.
Hechos 21:3 - Biblia Martin Nieto Al dar vista a Chipre, que dejamos a babor, navegamos hacia Siria y desembarcamos en Tiro, porque el barco tenía que dejar allí la carga. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí. Biblia Nueva Traducción Viviente Divisamos la isla de Chipre, la pasamos por nuestra izquierda y llegamos al puerto de Tiro, en Siria, donde el barco tenía que descargar. Biblia Católica (Latinoamericana) Divisamos la isla de Chipre y, dejándola a la izquierda, navegamos rumbo a Siria. Atracamos en Tiro, pues el barco debía dejar su carga en aquel puerto. La Biblia Textual 3a Edicion Al avistar Chipre, dejándola a babor, navegábamos hacia Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco tenía que descargar allí la mercancía. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Avistamos Chipre y, dejándola a la izquierda, navegamos hacia Siria, hasta atracar en Tiro, donde la nave tenía que descargar su mercancía. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando avistamos a Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y arribamos a Tiro; porque el barco había de descargar allí su cargamento. |
David puso guarniciones en Siria de Damasco, y los sirios le quedaron sometidos y le pagaron tributo. El Señor daba la victoria a David por dondequiera que iba.
el rey se ha enamorado de tu belleza, él es tu señor, ríndele pleitesía.
Entre los que me conocen citaré a Egipto y Babilonia, Filistea, Tiro y Etiopía: allí nacieron todos.
Y se le anunció a la casa de David: 'Siria ha acampado en Efraín'. Entonces se estremeció el corazón del rey y el corazón del pueblo, como se estremecen con el viento los árboles del bosque.
'¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida!, porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, haría ya tiempo que se hubieran arrepentido cubiertas de saco y ceniza.
Su fama se extendió por toda Siria. Le traían todos los que se sentían mal, aquejados de diversas enfermedades y sufrimientos, endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curaba.
'¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace ya tiempo que se hubieran arrepentido cubiertas de saco y de ceniza.
Éste es el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria.
Los que se habían dispersado a causa de la persecución ocurrida con ocasión de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, predicando sólo a los judíos.
Herodes estaba irritado con los tirios y sidonios, que de común acuerdo se presentaron ante él, y habiéndose ganado a Blasto, que era camarero del rey, solicitaban la paz, porque su país se abastecía del país real.
Con esta misión del Espíritu Santo fueron a Seleucia, desde donde se embarcaron hacia Chipre.
Por medio de ellos les mandaron esta carta: 'Los apóstoles y los presbíteros, vuestros hermanos, a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia procedentes del paganismo.
Discutieron entre ellos, y terminaron por separarse el uno del otro. Bernabé tomó consigo a Marcos, y se embarcó hacia Chipre;
Pablo permaneció aún cierto tiempo en Corinto; después se despidió de los hermanos y se embarcó hacia Siria. Lo acompañaban Priscila y Áquila. En Cencreas se había rapado la cabeza porque había hecho un voto.
Fueron también con nosotros algunos discípulos de Cesarea, y nos llevaron a casa de un tal Nasón, chipriota, antiguo discípulo, donde debíamos hospedarnos.
Allí encontramos un barco que iba a Fenicia; subimos a él y partimos.
Nosotros, al terminar la navegación, fuimos de Tiro a Tolemaida, donde saludamos a los hermanos y nos quedamos un día con ellos.
Partimos de allí y costeamos Chipre, porque los vientos eran contrarios;
José, llamado por los apóstoles Bernabé - que significa hijo de la consolación-, levita, chipriota de nación,
Los israelitas volvieron a hacer lo que desagrada al Señor; dieron culto a los Baales y Astartés y a los dioses de Arán y de Sidón, a los dioses de Moab, a los de los amonitas y filisteos. Abandonaron al Señor y dejaron de darle culto.