Al salir de allí, Jesús vio a un hombre, llamado Mateo, sentado en la oficina de los impuestos, y le dijo: 'Sígueme'. Él se levantó y lo siguió.
Hechos 1:13 - Biblia Martin Nieto Y así que entraron, subieron a la estancia de arriba, donde se alojaban habitualmente. Eran Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas el de Santiago. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando llegaron, subieron a la habitación de la planta alta de la casa donde se hospedaban. Estos son los nombres de los que estaban presentes: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago (hijo de Alfeo), Simón (el zelote) y Judas (hijo de Santiago). Biblia Católica (Latinoamericana) Entraron en la ciudad y subieron a la habitación superior de la casa donde se alojaban. Allí estaban Pedro, Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelotes, y Judas, hijo de Santiago. La Biblia Textual 3a Edicion Y tan pronto entraron, subieron al aposento alto donde estaban alojados Pedro y Juan, Jacobo° y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo° de Alfeo, Simón el Zelote,° y Judas, el hermano de Jacobo.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entraron y subieron a la habitación donde se alojaban Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón de Zelotes y Judas el de Santiago. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, y Juan y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, y Simón Zelotes, y Judas hermano de Jacobo. |
Al salir de allí, Jesús vio a un hombre, llamado Mateo, sentado en la oficina de los impuestos, y le dijo: 'Sígueme'. Él se levantó y lo siguió.
Él os mostrará una sala en el piso de arriba, grande, alfombrada y dispuesta. Preparadla allí'.
Tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentir terror y angustia;
Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado en la oficina de los impuestos, y le dijo: 'Sígueme'. Él se levantó y lo siguió.
Y no dejó que le acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
Seis días después Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y los llevó a un monte alto a solas. Y se transfiguró ante ellos.
Él os mostrará en el piso de arriba una habitación grande y alfombrada; preparadla allí'.
Entonces Tomás, llamado el Mellizo, dijo a sus compañeros: 'Vamos también nosotros a morir con él'.
Judas, no el Iscariote, sino el otro, le preguntó: 'Señor, ¿cómo es que te has de manifestar a nosotros y no al mundo?'.
Y la portera dijo a Pedro: '¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?'. Y él le dijo: 'No soy'.
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás 'el Mellizo', Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.
Pedro les hizo señas con la mano de que callasen y contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y añadió: 'Comunicádselo a Santiago y a los hermanos'. Luego salió y se fue a otro sitio.
Entonces Pedro, en pie con los once, les dirigió en voz alta estas palabras: 'Judíos y habitantes todos de Jerusalén: percataos bien de esto y prestad atención a mis palabras.
Y Pedro les dijo: 'Arrepentíos, y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para el perdón de vuestros pecados; entonces recibiréis el don del Espíritu Santo.
En la sala de arriba, donde estábamos reunidos, había muchas lámparas.
Al ver, por una parte, la valentía de Pedro y Juan, y comprendiendo, por otra, que eran hombres sin instrucción y cultura, estaban sorprendidos. Reconocían que habían estado con Jesús;
Pedro y Juan les replicaron: '¿Os parece justo ante Dios que os obedezcamos a vosotros antes que a él?
Y no vi a ningún otro apóstol fuera de Santiago, el hermano del Señor.
y Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados como columnas, reconocieron que Dios me ha dado este privilegio, y nos dieron la mano a mí y a Bernabé en señal de que estaban de acuerdo en que nosotros nos dedicáramos a los paganos
Santiago, siervo de Dios y de Jesucristo el Señor, a las doce tribus dispersas por el mundo, salud.
Yo, el presbítero, a la señora elegida y a sus hijos, que amo de verdad -no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad-,
Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago, a los elegidos y amados de Dios Padre y conservados para Jesucristo: