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Hechos 12:17 - Biblia Martin Nieto

17 Pedro les hizo señas con la mano de que callasen y contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y añadió: 'Comunicádselo a Santiago y a los hermanos'. Luego salió y se fue a otro sitio.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Él les hizo señas para que se callaran y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. «Díganles a Santiago y a los demás hermanos lo que pasó», dijo. Y después se fue a otro lugar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Les hizo señas con la mano pidiendo silencio, y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. En seguida les dijo: 'Comuniquen esto a Santiago y a los hermanos. Luego salió y se fue a otro lugar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y haciéndoles con la mano señal de que callaran, relató cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y dijo: Informad de esto a Jacobo y a los hermanos. Y saliendo, se fue a otro lugar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Él hizo señas con la mano para que se callaran, les refirió cómo el Señor le había sacado de la cárcel y añadió: 'Contádselo a Santiago y a los hermanos'. Salió y se fue a otro lugar.

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Hechos 12:17
28 Tagairtí Cros  

que hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor da la libertad a los presos,


Fieles del Señor, venid a escuchar, os contaré lo que él hizo por mí.


Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra; y si también en ésta os persiguen, huid a otra. Os aseguro que no se acabarán las ciudades de Israel hasta que venga el hijo del hombre'.


¿No es éste el carpintero, el hijo de María y el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven con nosotros?'. Y se escandalizaban de él.


Cuando salió, no podía hablarles, por lo que comprendieron que había tenido alguna visión en el santuario. Él les hacía señas y permaneció mudo.


Fue nuevamente al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado al principio bautizando, y se quedó allí.


Por eso Jesús no andaba ya públicamente entre los judíos, sino que se fue a una región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín, y allí se quedó con sus discípulos.


Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a quién se refería.


Después de esto Jesús andaba por Galilea y evitaba andar por Judea, porque los judíos intentaban matarlo.


Entonces agarraron piedras para tirárselas. Pero Jesús se escondió y salió del templo.


Un día de aquellos, en que se habían reunido unos ciento veinte, Pedro se puso en pie en medio de los hermanos y dijo:


Pedro continuaba golpeando. Cuando abrieron y vieron que era él, quedaron estupefactos.


Al venir el día hubo una gran confusión entre los soldados por lo que habría sido de Pedro.


Pablo se levantó y, haciendo con la mano señal de silencio, dijo: 'Israelitas y los que sois fieles a Dios, escuchad.


Cuando ellos terminaron, intervino Santiago: 'Hermanos, escuchadme.


Salieron de la cárcel y fueron a casa de Lidia; vieron a los hermanos, los animaron y se fueron.


Algunos judíos empujaron a Alejandro para que hablara a la gente, y Alejandro hizo señal con la mano de que quería hablar al pueblo.


Al día siguiente Pablo fue con nosotros a casa de Santiago, donde se reunieron todos los presbíteros.


El comandante se lo permitió. Pablo, puesto en pie sobre las escaleras, hizo ademán al pueblo con la mano, y se hizo un gran silencio. Entonces habló en lengua hebrea:


Los hermanos de Roma, que tenían noticias de nuestra llegada, nos salieron al encuentro en Foro Apio y Tres Tabernas; Pablo, al verlos, dio gracias a Dios y cobró ánimos.


Luego se apareció a Santiago, después a todos los apóstoles;


Y no vi a ningún otro apóstol fuera de Santiago, el hermano del Señor.


Pues antes de que viniesen algunos de parte de Santiago, él comía con los paganos; pero cuando vinieron, se retrajo y se apartó por miedo a los judíos;


y Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados como columnas, reconocieron que Dios me ha dado este privilegio, y nos dieron la mano a mí y a Bernabé en señal de que estaban de acuerdo en que nosotros nos dedicáramos a los paganos


Santiago, siervo de Dios y de Jesucristo el Señor, a las doce tribus dispersas por el mundo, salud.


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