olvídate de los pecados de mi juventud y de mis faltas; acuérdate de mí, Señor, con misericordia y con bondad.
Hebreos 8:12 - Biblia Martin Nieto Porque perdonaré sus crímenes y no me acordaré más de sus pecados. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. Biblia Nueva Traducción Viviente Perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados». Biblia Católica (Latinoamericana) Yo perdonaré sus maldades y no volveré a acordarme de sus pecados. La Biblia Textual 3a Edicion Porque seré propicio a sus iniquidades, Y nunca jamás me acordaré de sus pecados.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 cuando perdone su culpa y no recuerde más su pecado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque seré propicio a sus injusticias, y de sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré más. |
olvídate de los pecados de mi juventud y de mis faltas; acuérdate de mí, Señor, con misericordia y con bondad.
Soy yo, soy yo, quien tengo que borrar tus faltas y no acordarme de tus pecados.
He disipado como una nube tus delitos y como nublado tus pecados; vuélvete a mí, pues yo te he redimido.
No tendrán ya que instruirse mutuamente, diciéndose unos a otros: '¡Conoced al Señor!', pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor -dice el Señor-, porque perdonaré su crimen y no me acordaré más de sus pecados.
Los purificaré de todos los crímenes que han cometido contra mí, les perdonaré todos los crímenes con los que me ofendieron y me despreciaron.
En aquellos días, en el tiempo aquel -dice el Señor- se buscará la perversión de Israel y ya no existirá, los pecados de Judá y no se encontrarán, pues yo perdonaré a los que haya dejado.
¿Qué Dios hay como tú, que quite el pecado y perdone la culpa al resto de tu herencia? No mantendrá su cólera por siempre, porque ama la misericordia.
Volverá a compadecerse de nosotros, pisoteará nuestros pecados, arrojará nuestras culpas al fondo del mar.
Él nos ha obtenido con su sangre la redención, el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia,
y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos y el rey de los reyes de la tierra. A aquel que nos ama y nos ha lavado de nuestros pecados con su propia sangre,