Expulsó al hombre, y puso delante del jardín de Edén los querubines y la llama de la espada flameante para guardar el camino del árbol de la vida.
Génesis 4:14 - Biblia Martin Nieto Tú me echas de aquí y tengo que ocultarme a tu mirada; errante y vagabundo andaré sobre la tierra, y cualquiera que me encuentre me matará'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará. Biblia Nueva Traducción Viviente Me has expulsado de la tierra y de tu presencia; me has hecho un vagabundo sin hogar. ¡Cualquiera que me encuentre me matará! Biblia Católica (Latinoamericana) Tú me arrojas hoy de esta tierra, y me dejas privado de tu presencia. Si he de ser un errante y de andar vagando sobre la tierra, cualquiera que me encuentre me matará. La Biblia Textual 3a Edicion Si me expulsas hoy de sobre la faz de la tierra, de tu presencia estaré oculto, seré errante y fugitivo en la tierra y sucederá que cualquiera que me encuentre, me matará. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú me echas hoy de la tierra y de tu presencia habré de esconderme. Andaré fugitivo y errante por la tierra, de modo que cualquiera que me encuentre me matará'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí me echas hoy de la faz de la tierra, y de tu presencia me esconderé; y seré fugitivo y vagabundo en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará. |
Expulsó al hombre, y puso delante del jardín de Edén los querubines y la llama de la espada flameante para guardar el camino del árbol de la vida.
Caín dijo al Señor: 'Mi iniquidad es tan grande que no puedo soportarla.
Y ahora todo el clan se levanta contra tu sierva y dice: Entréganos al que mató a su hermano y le daremos muerte por la vida de su hermano, a quien mató, y acabaremos al mismo tiempo con el heredero. Y quieren apagar así la chispa que me queda, para no dejar a mi marido ni nombre ni descendencia sobre la faz de la tierra'.
que sus hijos sean mendigos vagabundos, expulsados de sus casas en ruinas;
Date prisa, Señor, respóndeme, que me falta el aliento; no me escondas tu rostro, como a los que bajan a la tumba.
El injusto es arrastrado por su propia injusticia; pero el justo encuentra refugio en su justicia.
El criminal huye sin que nadie lo persiga, pero el justo se siente seguro como un león.
mirará hacia la tierra, y sólo habrá angustia, oscuridad, desolación y tinieblas, espesa lobreguez. Mas no (por siempre) las tinieblas sobre el que está en angustia.
Lo que sucedió en Jerusalén y Judá fue a causa de la ira del Señor, hasta llegar a rechazarla de su presencia. Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia.
Por eso serán cual nubecilla matinal, como el rocío que se esfuma presto, cual la paja aventada en la era, como el humo que sale por la ventana.
Me volveré contra vosotros, y seréis vencidos por vuestros enemigos; éstos os dominarán, y huiréis aunque nadie os persiga.
A vuestros supervivientes les infundiré tal espanto en sus corazones cuando se encuentren en la tierra de sus enemigos, que el movimiento de una hoja los espantará, los hará huir, como se huye delante de la espada, y caerán sin que nadie los persiga.
Es el vengador de sangre quien matará al homicida; cuando lo encuentre lo matará.
o si por enemistad lo golpea a puñetazos y se sigue la muerte, el culpable debe morir. Es un homicida, y el vengador de sangre lo matará cuando lo encuentre.
y el vengador de sangre lo encuentra fuera del territorio de su ciudad de refugio, podrá matarlo sin ninguna responsabilidad,
Luego dirá a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
El Señor te dispersará entre todos los pueblos, de uno a otro extremo de la tierra, y allí serviréis a otros dioses de madera y de piedra desconocidos de ti y de tus padres.
No encontrarás la paz entre esas naciones ni habrá descanso para la planta de tus pies, sino que el Señor te dará un corazón asustado, ojos apagados y ánimo abatido.
Todos éstos sufrirán el castigo de una perdición eterna lejos de la presencia del Señor y de su gloria esplendorosa,