Entonces su padre tomó la palabra y dijo: 'Lejos de tu tierra será tu residencia, lejos del rocío del cielo.
Génesis 33:9 - Biblia Martin Nieto Esaú dijo: 'Yo tengo bastante, hermano mío; que lo tuyo sea para ti'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y dijo Esaú: Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo. Biblia Nueva Traducción Viviente —Hermano mío, yo tengo más que suficiente —dijo Esaú—. Guarda para ti lo que tienes. Biblia Católica (Latinoamericana) Le dijo Esaú: 'Hermano, yo tengo de todo, guarda lo que es tuyo. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo Esaú: Yo tengo abundancia, hermano mío, sea para ti lo que es tuyo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo Esaú; 'Tengo ya mucho, hermano mío; sea lo tuyo para ti'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo Esaú: Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo. |
Entonces su padre tomó la palabra y dijo: 'Lejos de tu tierra será tu residencia, lejos del rocío del cielo.
Vivirás de tu espada y servirás a tu hermano; pero cuando te subleves sacudirás su yugo de tu cuello'.
Desde entonces Esaú aborreció a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y se dijo: 'Están próximos los días en que se hará el duelo por mi padre; entonces mataré a mi hermano Jacob'.
Jacob continuó: 'No, por favor, si he hallado gracia a tus ojos, acepta de mi mano ese regalo, porque me he presentado a ti como uno se presenta ante Dios y tú me has recibido bien.
El Señor preguntó a Caín: '¿Dónde está tu hermano?', y él respondió: 'No lo sé. ¿Es que soy yo el guardián de mi hermano?'.
Cuando el Señor se complace en la conducta de un hombre, reconcilia con él incluso a sus enemigos.
La sanguijuela tiene dos hijas: 'Dame, dame'. Tres cosas hay que no se hartan, y cuatro que nunca dicen: 'Basta'.
Hay un hombre solo y sin compañero; no tiene hijo ni hermano; y, sin embargo, nunca cesa de trabajar, y sus ojos no se hartan de riquezas. Entonces, ¿para quién trabajo yo y me privo de bienestar? También esto es vanidad y una penosa ocupación.
Ellos, al oír todo esto, alabaron a Dios, y dijeron a Pablo: 'Ves, hermano, cuántos millares de judíos han creído, y todos siguen siendo fieles observantes de la ley.
Ananías partió inmediatamente y entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: 'Saulo, hermano mío, vengo de parte de Jesús, el Señor, el que se te apareció en el camino por el que venías, para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo'.
no ya como esclavo, sino como un hermano querido, que lo es muchísimo para mí, ¡cuánto más debe serlo para ti como persona y como cristiano!
Tu amor me ha colmado de alegría y de consuelo, porque, gracias a ti, hermano, el corazón de los creyentes se ha tranquilizado.
Entonces los israelitas se hicieron fuertes y volvieron a presentar batalla en el mismo lugar del día anterior.