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Eclesiastés 4:8 - Biblia Martin Nieto

8 Hay un hombre solo y sin compañero; no tiene hijo ni hermano; y, sin embargo, nunca cesa de trabajar, y sus ojos no se hartan de riquezas. Entonces, ¿para quién trabajo yo y me privo de bienestar? También esto es vanidad y una penosa ocupación.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Está un hombre solo y sin sucesor, que no tiene hijo ni hermano; pero nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Es el caso de un hombre que está totalmente solo, sin hijos ni hermanos, no obstante trabaja mucho para acumular toda la riqueza posible. Sin embargo, luego se pregunta: «¿Para quién trabajo? ¿Por qué me privo de tantos placeres?». Nada tiene sentido, todo es tan deprimente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 que no deja de extenuarse trabajando, nunca se siente lo bastante rico. Pero ¿para quién trabaja, para quién son esas privaciones? Ese es un mal negocio y que no tiene sentido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Hay quien está solo, sin nadie que lo acompañe, sin hijos ni hermanos, pero aun así su afán no tiene fin, su ojo no se harta de riquezas, y no se pregunta: ¿Para qué pues me afano y me privo de placeres? También esto es vanidad y tarea penosa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 un hombre completamente solo, sin hijos ni hermanos, y que, sin embargo, no pone fin a su trabajo ni sus ojos se hartan de riquezas. Entonces, ¿para quién trabajo yo y me privo de bienestar? También eso es vanidad y mal negocio.

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Eclesiastés 4:8
21 Tagairtí Cros  

El Señor Dios dijo: 'No es bueno que el hombre esté solo; le daré una ayuda apropiada'.


Como una cuarta son de largos mis días; ante ti mi vida es como nada, menos que un soplo son todos los humanos;


como la sombra el hombre pasa, se afana por nada, acumula riquezas sin saber para quién.


El abismo y el infierno son insaciables, los ojos del hombre son también insaciables.


Y consagré mi corazón a investigar y a observar con sabiduría todo lo que se hace bajo los cielos. Es ésta una penosa ocupación, que Dios ha dado a los hijos del hombre para que trabajen en ella.


Es indecible lo que aburren las cosas; no se sacia el ojo de ver, ni el oído se harta de oír. _


Porque uno ha trabajado con sabiduría, ciencia y éxito, y deja su bien a otro que no ha trabajado en ello. También esto es vanidad y grave mal.


Y sus días de fatigas, y la preocupación de los negocios, y las noches de insomnio? También esto es vanidad


He visto además otra vanidad bajo el sol.


Cuando los bienes aumentan, aumentan los parásitos; y ¿qué ventaja saca el propietario? Verlos con sus ojos.


El que ama el dinero nunca se harta de él; y el que ama las riquezas no obtiene provecho. También esto es vanidad.


¡Ay de aquellos que añaden casas a casas y juntan campos con campos hasta ocupar todo el lugar y quedar como únicos propietarios del país!


¿Por qué gastáis vuestro dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no llena? Escuchadme bien, y comeréis cosas buenas; y os deleitaréis con manjares exquisitos.


Venid a mí todos los que estáis cansados y oprimidos, y yo os aliviaré.


Pero Dios le dijo: ¡Insensato, esta misma noche morirás!; ¿para quién será lo que has acaparado?


Porque todo lo que hay en el mundo, las pasiones carnales, el ansia de las cosas y la arrogancia, no provienen del Padre, sino del mundo.


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