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Apocalipsis 22:17 - Biblia Martin Nieto

El Espíritu y la esposa dicen: 'Ven'. El que escuche, diga: 'Ven'. El que tenga sed, que venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.

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Biblia Reina Valera 1960

Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El Espíritu y la esposa dicen: «Ven». Que todos los que oyen esto, digan: «Ven». Todos los que tengan sed, vengan. Todo aquel que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El Espíritu y la Esposa dicen: '¡Ven!' Que el que escucha diga también: '¡Ven!' El que tenga sed, que se acerque; y el que lo desee, reciba gratuitamente el agua de la vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y el Espíritu y la Esposa dicen: ¡Ven! Y el que oye, diga: ¡Ven! Y el que tenga sed, venga, y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

El Espíritu y la esposa dicen: 'Ven'. El que oiga, diga: 'Ven'. Quien tenga sed, que se acerque. El que quiera, tome gratis del agua de la vida.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiere, tome del agua de la vida gratuitamente.

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Apocalipsis 22:17
29 Tagairtí Cros  

el ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los salva.


Sacaréis agua con alegría de la fuente de la salvación.


vendrán muchos pueblos y dirán: Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Pues de Sión saldrá la ley y de Jerusalén la palabra del Señor.


Casa de Jacob, venid; caminemos a la luz del Señor.


Preguntarán por el camino hacia Sión y hacia allí dirigirán su rostro: '¡Venid, unámonos al Señor con una alianza eterna, que no se olvide más!'.


Después me llevó a la entrada del templo. Allí, bajo el umbral del templo, brotaba agua en dirección este, pues la fachada del templo miraba al este. Estas aguas se deslizaban de debajo del costado derecho del templo, al sur del altar.


acudirán numerosas naciones y dirán: 'Venid, subamos al monte del Señor, al templo del Dios de Jacob; él nos enseñará sus caminos, y nosotros seguiremos sus senderos'. Pues la ley saldrá de Sión, y la palabra de Dios de Jerusalén.


Los dos discípulos lo oyeron y se fueron con Jesús.


Jesús contestó: 'Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva'.


La mujer le dijo: 'Señor, no tienes con qué sacarla y el pozo es profundo; ¿de dónde sacas esa agua viva?


pero el que beba del agua que yo le dé no tendrá sed jamás; más aún, el agua que yo le daré será en él manantial que salta hasta la vida eterna'.


'Venid a ver un hombre que me ha adivinado todo lo que he hecho. ¿Será acaso éste el mesías?'.


El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús en pie y en voz alta dijo: 'El que tenga sed, que venga a mí;


ahora son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención de Cristo Jesús,


Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios generosamente nos ha dado.


Oí una voz que venía del cielo y decía: 'Escribe: Dichosos desde ahora los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, para que descansen de sus trabajos, porque sus obras los acompañan'.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.


Y vi a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo del lado de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su esposo.


Y añadió: 'Está hecho. Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin. Al que tenga sed yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.


Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las últimas plagas se acercó a mí y me dijo: 'Ven, que te voy a mostrar la esposa del cordero'.


El ángel me mostró un río de agua viva, transparente como un cristal, que manaba del trono de Dios y del cordero.


Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para testificar estas cosas acerca de las Iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, la estrella radiante de la mañana'.


porque el ángel que está en medio del trono será su pastor y los conducirá a las fuentes de las aguas de la vida; y Dios enjugará todas las lágrimas de sus ojos'.