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Isaías 2:3 - Biblia Martin Nieto

3 vendrán muchos pueblos y dirán: Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Pues de Sión saldrá la ley y de Jerusalén la palabra del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Vendrá gente de muchas naciones y dirán: «Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Allí él nos enseñará sus caminos, y andaremos en sus sendas». Pues de Sion saldrá la enseñanza del Señor; de Jerusalén saldrá su palabra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Irán a verlo todas las naciones y subirán hacia él muchos pueblos, diciendo: 'Vengan, subamos al cerro de Yavé, a la Casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Porque la enseñanza irradia de Sión, de Jerusalén sale la palabra de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 E irán muchos pueblos y dirán: ¡Venid, subamos al Monte de YHVH, A la Casa del Dios de Jacob! Él nos enseñará sus caminos, Y nosotros marcharemos por sus sendas, Porque de Sión saldrá la Ley y de Jerusalem la palabra de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 vendrán pueblos numerosos y dirán: 'Venid, subamos a la montaña de Yahveh, al templo del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y sigamos sus senderos'. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh.

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Isaías 2:3
39 Tagairtí Cros  

se comprometieron irrevocablemente ellos, su descendencia y los prosélitos a celebrar cada año estos dos días según el modo prescrito y en el tiempo establecido.


cuando se congreguen a una los pueblos y los reyes para dar culto al Señor.


El Señor extenderá desde Sión el poder de tu cetro: domina sobre tus enemigos.


que mis labios publiquen tu alabanza, pues tú me enseñas tus decretos;


Canción de las subidas. De David


Cántico. Salmo de los hijos de Coré


Haré a tus jueces como eran y a tus consejeros como antes. En adelante se te llamará: ciudad de la justicia, ciudad fiel.


Aquel día la raíz de Jesé se alzará como enseña de las gentes; la buscarán los pueblos, y será gloriosa su morada.


Aquel día habrá una carretera de Egipto a Asiria; los asirios irán a Egipto y los egipcios a Asiria, y Egipto y Asiria servirán al Señor.


¿A quién va a enseñar la lección? ¿A quién quiere explicar sus sermones? ¡A los niños apenas destetados, a los recién apartados del pecho!


Uno dirá: Yo soy del Señor; otro se llamará con el nombre de Jacob; otro escribirá en su mano: Del Señor, y con el nombre de Israel será llamado.


yo les daré en mi casa, entre mis muros, un memorial y un nombre mejor que hijos e hijas; un nombre eterno les daré, que nunca más se borrará.


los llevaré a mi monte santo y les daré alegría en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos en mi altar, pues mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos.


Las naciones caminarán a tu luz, y los reyes al resplandor de tu aurora.


Pero a vosotros, que abandonasteis al Señor, que os olvidasteis de mi santo monte, que preparasteis una mesa para Gad y llenasteis una copa para Mení,


Y traerán de todos los pueblos, como ofrenda al Señor, a todos vuestros hermanos -a caballo, en carros, en literas, a lomos de mulos o de dromedarios- a mi santo monte, Jerusalén -dice el Señor-, de igual modo que los israelitas traen la ofrenda en vasos puros al templo del Señor.


Y si aprenden bien los caminos de mi pueblo, si aprenden a jurar en mi nombre: '¡Vive Dios!', como ellos enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, entonces serán establecidos en medio de mi pueblo.


'Miqueas de Morasti, que profetizaba en tiempos de Ezequías, rey de Judá, dijo también a todo el pueblo de Judá: Esto dice el Señor todopoderoso: Sión será arada como un campo, Jerusalén se convertirá en un montón de piedras, y el monte del templo en una selva.


Sí, vendrá un día en que los centinelas gritarán en la montaña de Efraín: '¡Levantaos, subamos a Sión, hacia el Señor, nuestro Dios!'.


en visiones divinas, a la tierra de Israel. Me posó sobre un monte altísimo, en cuya cima parecía que estaba edificada una ciudad mirando al mediodía.


Después los israelitas volverán a buscar al Señor, su Dios, y a David, su rey, y acudirán con temor al Señor y a sus bienes en el tiempo futuro.


Esforcémonos en conocer al Señor. Es cierta como la aurora su venida: vendrá a nosotros como viene la lluvia, como la lluvia de primavera que fecunda la tierra.


acudirán numerosas naciones y dirán: 'Venid, subamos al monte del Señor, al templo del Dios de Jacob; él nos enseñará sus caminos, y nosotros seguiremos sus senderos'. Pues la ley saldrá de Sión, y la palabra de Dios de Jerusalén.


El que escucha mis palabras y las pone en práctica se parece a un hombre sensato que ha construido su casa sobre roca.


Pero él le dijo: 'Dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica'.


y que hay que predicar en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.


Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.


El que quiera hacer la voluntad de Dios conocerá si mi doctrina es de Dios o si hablo por mi cuenta.


pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros para que seáis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra'.


Te mandé a buscar en seguida; y has hecho bien en venir. Y ahora aquí estamos todos delante de Dios para escuchar todos los preceptos que el Señor te ha dado'.


Yo pregunto: ¿Es que no han oído? Sí, lo han oído. Porque dice la Escritura: Por toda la tierra se extendió su voz, y hasta los confines del mundo llegaron sus palabras.


Invitarán a los pueblos / a subir a la montaña / para ofrecer sacrificios legítimos; / gozarán de la riqueza de los mares / y de los tesoros escondidos / en las playas.


Éstas son las leyes, mandamientos y preceptos que el Señor, vuestro Dios, me mandó enseñaros para que los pongáis en práctica en la tierra en la que vais a entrar y a poseerla;


Pero el que considera atentamente la ley perfecta de la libertad y persevera en ella, no como un oyente olvidadizo, sino como un activo cumplidor, será dichoso en practicarla.


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