El Señor Dios hizo germinar del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y apetitosos para comer, el árbol de la vida, en medio del jardín, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Apocalipsis 22:14 - Biblia Martin Nieto Dichosos los que lavan sus vestidos para tener derecho al árbol de la vida y a entrar en la ciudad por las puertas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Biblia Nueva Traducción Viviente Benditos son los que lavan sus ropas. A ellos se les permitirá entrar por las puertas de la ciudad y comer del fruto del árbol de la vida. Biblia Católica (Latinoamericana) Felices los que lavan sus ropas, porque así tendrán acceso al árbol de la vida y se les abrirán las puertas de la ciudad. La Biblia Textual 3a Edicion Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho° al árbol de la vida,° y entrar en la ciudad por las puertas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dichosos los que lavan sus túnicas; así dispondrán del árbol de la vida y podrán entrar por las puertas de la ciudad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para tener derecho al árbol de la vida, y poder entrar por las puertas en la ciudad. |
El Señor Dios hizo germinar del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y apetitosos para comer, el árbol de la vida, en medio del jardín, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Después dijo: '¡He ahí al hombre, que ha llegado a ser como uno de nosotros por el conocimiento del bien y del mal! ¡No vaya ahora a tender su mano y tome del árbol de la vida, y comiendo de él viva para siempre!'.
¡Aleluya! Dichoso el hombre que teme al Señor y ama sus mandamientos.
El Señor dijo a Moisés: 'Vete donde el pueblo y santifícalo hoy y mañana; que laven sus vestidos y
Dichoso el que sepa esperar y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.
Por eso Jesús se lo explicó así: 'Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.
Yo soy la puerta; el que entra por mí se salvará; entrará y saldrá y encontrará pastos.
Jesús le dijo: 'Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.
¿Eres acaso tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebió él, sus hijos y sus ganados?'.
Da igual estar o no estar circuncidado: lo que importa es guardar los mandamientos de Dios.
Pero procurad que vuestra libertad no sirva de escándalo a los débiles en la fe.
¿No tengo derecho a llevar conmigo una mujer cristiana, como los demás apóstoles, los hermanos del Señor, y hasta el mismo Pedro?
Si creemos en Cristo, da lo mismo estar o no estar circuncidados; lo que importa es la fe y que esta fe se exprese en obras de amor.
El que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
Porque el amor de Dios consiste en guardar sus mandamientos, y sus mandamientos no son pecados.
El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.
Tenía un muro grande y alto con doce puertas; sobre las puertas, doce ángeles y nombres escritos, los de las doce tribus de Israel.
En ella no entrará nada impuro ni quien comete abominación o mentira, sino únicamente quienes han sido inscritos en el libro de la vida del cordero.
En medio de la plaza de la ciudad, y a un lado y otro del río, hay árboles de la vida, que dan doce frutos al año, una vez al mes. Las hojas de los árboles sirven para curar a las naciones.
Voy a llegar en seguida. Dichoso el que guarda la palabra de la profecía de este libro'.
Yo le respondí: 'Señor, tú lo sabes'. Él me dijo: 'Ésos son los supervivientes de la gran persecución, y han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del cordero.