Salmos 118 - Biblia Martin Nieto1 ¡Aleluya! Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor. 2 Diga la casa de Israel: es eterno su amor. 3 Diga la casa de Aarón: es eterno su amor. 4 Digan los fieles del Señor: es eterno su amor. 5 En mi angustia clamé al Señor, él me atendió y me dio respiro. 6 El Señor está conmigo; de nada tengo miedo, ¿qué puede hacerme el hombre? 7 El Señor está conmigo, él es mi apoyo, yo veré derrotado a mi enemigo. 8 Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse del hombre; 9 mejor es refugiarse en el Señor que fiarse del jefe. 10 Todas las naciones me cercaron, pero en el nombre del Señor las trituré; 11 me rodearon, me cercaron, pero en el nombre del Señor las trituré; 12 me cercaron como avispas, ardían como fuego de espinos, pero en el nombre del Señor las trituré. 13 Me atropellaron para que cayera, pero el Señor vino en mi ayuda; 14 mi fuerza y mi grito de guerra es él, a él le debo la victoria. 15 Clamor de alegría y de victoria en la tienda de los justos: la diestra del Señor hace proezas, 16 la diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor hace proezas. 17 No, no moriré, seguiré viviendo para contar las obras del Señor; 18 el Señor me ha castigado duramente pero no ha permitido que muera. 19 Abridme las puertas de la justicia, que voy a entrar a dar gracias al Señor. 20 Ésta es la puerta del Señor; que entren los justos. 21 Te doy gracias porque me has escuchado, a ti te debo la victoria. 22 La piedra que desecharon los constructores se ha convertido en piedra angular; 23 esto ha sido obra del Señor, una maravilla a nuestros ojos. 24 Éste es el día que el Señor ha hecho; sea nuestra alegría y nuestro gozo. 25 Danos la victoria, dánosla, Señor; danos el triunfo, dánoslo, Señor. 26 Bendito el que viene en nombre del Señor. Os bendecimos desde la casa del Señor. 27 El Señor es Dios, él nos ilumina; ordenad la procesión con ramos en las manos hasta los ángulos del altar. 28 Tú eres mi Dios, yo te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. 29 Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor. |
Evaristo Martín Nieto©