Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Amós 4:1 - Biblia Martin Nieto

Escuchad esta palabra, vacas de Basán, que vivís en la montaña de Samaría; las que oprimís a los débiles, maltratáis a los pobres y decís a vuestros maridos: 'Traed y bebamos'.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y beberemos.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Escúchenme, ustedes, vacas gordas que viven en Samaria, ustedes, mujeres, que oprimen al pobre y aplastan al necesitado y que les gritan siempre a sus esposos: «¡Tráigannos otra bebida!».

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Escuchen esta palabra, vacas de Basán, damas de los cerros de Samaria: Ustedes oprimen a los débiles, aplastan a los menesterosos, y luego dicen a sus maridos: 'Sírvannos vino para tomar.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Oíd esta palabras, oh vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria; Que oprimís a los débiles, que quebrantáis a los pobres, Que dicen a sus señores:° ¡Traed de beber!

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Escuchad esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaría, que oprimís a los indigentes, maltratáis a los pobres y decíais a vuestros maridos: '¡Traed acá! ¡Bebamos!'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en la montaña de Samaria, que oprimís a los pobres, que quebrantáis a los necesitados, que decís a sus señores: Traed, y beberemos.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Amós 4:1
49 Tagairtí Cros  

Compró el monte de Samaría a Sémer por unos sesenta kilos de plata, y lo fortificó; construyó en él una ciudad, a la que llamó Samaría en razón del nombre de Sémer, amo del monte.


Pues estrujó, desamparó a los pobres y robó casas que no había construido.


Expulsan a los indigentes del camino, todos los pobres del país han de esconderse.


de todos los que dicen: 'La lengua es nuestra fuerza, los labios nuestras armas, ¿quién podrá dominarnos?'.


que no quede un calumniador en el país y la desgracia lleve al violento a la ruina.


No te quedes lejos, que el peligro está encima y nadie me socorre.


El rico domina a los pobres, el que toma prestado es esclavo del que presta.


Y he visto también todas las opresiones que se cometen bajo el sol. ¡Las lágrimas de los oprimidos sin tener quien los consuele! ¡La mano de sus opresores les hace violencia, sin encontrar quien los vengue!


El interés del país está antes que todo; y el rey debe estar al servicio del campo.


¡Ay de la soberbia corona de los borrachos de Efraín, y de la flor marchita de orgulloso esplendor que domina el fértil valle; ay de los cargados de vino!


¡Ay de aquellos que añaden casas a casas y juntan campos con campos hasta ocupar todo el lugar y quedar como únicos propietarios del país!


Venid, voy a buscar vino, nos alegraremos con licores; y mañana será como hoy y mucho mejor.


¿No sabéis cuál es el ayuno que me agrada? Abrir las prisiones injustas, soltar las coyundas del yugo, dejar libres a los oprimidos, romper todos los yugos;


Alegraos, sí, saltad de gozo, saqueadores de mi herencia; brincad como becerros en el prado, como caballos relinchad.


Degollad todos sus toros, bajen al matadero. ¡Ay de ellos, que ha llegado su día, la hora de su castigo!


Me ha devorado, me ha consumido Nabucodonosor, rey de Babilonia; me ha dejado como un plato vacío, me ha tragado lo mismo que un dragón, ha llenado su vientre con mis mejores trozos.


Pues así habla el Señor todopoderoso: Derribad sus árboles, alzad un terraplén en torno a Jerusalén; ésta es la ciudad de la mentira, en ella sólo hay opresión.


si no oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda; si no derramáis sangre inocente en este lugar; si no vais, para daño vuestro, en pos de dioses extraños,


oprime al pobre y al indigente, comete robos, no restituye la prenda, alza los ojos a los ídolos, practica cosas detestables,


En ti se acepta soborno para derramar sangre; aceptas usura e interés, despojas con violencia a tu prójimo y te has olvidado de mí, dice el Señor Dios.


Los jefes de la ciudad son como lobos ávidos de presa; derraman sangre y matan a las personas para amasar más y más dinero.


La gente del país comete violencia y se entrega al pillaje, pisotea al pobre, maltrata al menesteroso y oprime al emigrante contra todo derecho.


En ti se desprecia al padre y a la madre, en ti se trata mal al forastero, en ti son oprimidos los huérfanos y la viuda.


Buscaré la oveja perdida y haré volver a la descarriada; vendaré a la herida, fortaleceré a la flaca, cuidaré de la gorda y robusta; las apacentaré como es justo.


Carne de héroes comeréis, sangre de príncipes de la tierra beberéis. Carneros, corderos, machos cabríos, terneros, pingües toros de Basán.


Haré aparecer señales en el cielo y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo.


Escuchad esta palabra que el Señor dirige contra vosotros, israelitas, contra toda la familia que saqué de Egipto:


¿Es que pueden caminar dos juntos si antes no se han puesto de acuerdo?


Pues bien, porque oprimís al pobre y le imponéis tributo del grano, casas de piedra labradas habéis construido, pero no las habitaréis; habéis plantado viñas deliciosas, pero no beberéis su vino.


Ay de los que ponen su seguridad en Sión y de los que confían en el monte de Samaría, los que se consideran los jefes del primero de los pueblos y a los cuales viene la casa de Israel.


los que beben el vino en ánforas y se ungen con el perfume más fino, pero no se preocupan de la ruina de José.


Yo vendré a juzgaros; seré testigo acusador contra los hechiceros, contra los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan al jornalero, a la viuda y al huérfano y violan el derecho del extranjero sin ningún temor de mí -dice el Señor todopoderoso-.


Cambiaron de dirección, y subieron camino de Basán. Og, rey de Basán, les salió al encuentro con todo su pueblo y les presentó batalla en Edreí.


No explotes al pobre y al indigente, ya sea uno de tus hermanos o uno de los extranjeros que viven en tus ciudades.


Un pueblo desconocido para ti comerá las cosechas de tu tierra y el fruto de todas tus fatigas, mientras tú serás siempre oprimido y aplastado.