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Eclesiastés 4:1 - Biblia Martin Nieto

1 Y he visto también todas las opresiones que se cometen bajo el sol. ¡Las lágrimas de los oprimidos sin tener quien los consuele! ¡La mano de sus opresores les hace violencia, sin encontrar quien los vengue!

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Biblia Reina Valera 1960

1 Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Además, observé toda la opresión que sucede bajo el sol. Vi las lágrimas de los oprimidos, y no había nadie para consolarlos. Los opresores tienen mucho poder y sus víctimas son indefensas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Pensé además en todos los abusos que se cometen bajo el sol. Vi las lágrimas de los oprimidos, y no hay nadie que los consuele; sufren la violencia de sus opresores, y no hay nadie que venga en su ayuda.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Me volví y vi todas las opresiones que se cometen debajo del sol, y he aquí las lágrimas de los oprimidos sin nadie que los consolara, y del lado de sus opresores la fuerza bruta, sin nadie que los consolara.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 He visto además todos los abusos que se cometen bajo el sol: el llanto de los oprimidos sin que nadie los consuele, la violencia de los opresores sin que nadie reclame venganza.

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Eclesiastés 4:1
51 Tagairtí Cros  

También yo podría hablar como vosotros si me encontrara en vuestro lugar: sabría fascinaros con discursos, meneando contra vosotros mi cabeza.


Por la abundancia de opresión se gime, contra el brazo de los grandes se pide auxilio.


¡Volved, no seáis injustos! ¡Volved, que mi justicia aún sigue en pie!


En un país sujeto al poder de un malvado, vela él el rostro de los que le juzgan. Si no es él, ¿quién puede ser?


de todos los que dicen: 'La lengua es nuestra fuerza, los labios nuestras armas, ¿quién podrá dominarnos?'.


Cuando estoy deprimido, tú sabes dónde voy. En mi camino me han escondido un lazo.


Si miro a la derecha, nadie viene en mi ayuda; no encuentro refugio, nadie se preocupa de mí.


mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿cuándo podré ir a ver el rostro del Señor?


Señor, ejerce de día tu misericordia, y de noche te cantaré un cantar, una oración al Dios de mi vida.


Tú conoces mi afrenta, mi ignominia y mi vergüenza; todos mis opresores están ante tu vista.


El ultraje quebró mi corazón, estoy perdido, esperé compasión, pero fue en vano, consoladores, y no encontré ni uno.


¿Hasta cuándo, Señor, Dios todopoderoso, te indignarás contra las oraciones de tu pueblo?


'Cuando asistáis en un parto a las hebreas, mirad el sexo; si es niño, matadlo; si es niña, dejadla vivir'.


Entonces el Faraón dio esta orden a todo el pueblo: 'Echad al río a todo varón que nazca, pero dejad vivir a las niñas'.


Al pobre hasta sus hermanos lo odian, con mayor razón sus amigos se alejan de él; busca las palabras y no las encuentra.


Hombre perverso que oprime a los pobres es lluvia devastadora que priva de pan.


Cuando los justos gobiernan, el pueblo está alegre; cuando dominan los opresores, el pueblo gime.


Y he visto más debajo del sol: en el lugar del derecho está el delito; y en el lugar de la justicia, la injusticia.


El interés del país está antes que todo; y el rey debe estar al servicio del campo.


Porque la opresión hace necio al sabio, y las dádivas corrompen el corazón.


Todo esto lo he comprobado examinando todas las cosas que se hacen bajo el sol, en el tiempo en que un hombre domina sobre otro hombre y le hace daño.


Sí, la viña del Señor omnipotente es el pueblo de Israel; y los hombres de Judá, su plantel escogido. El Señor esperaba de ellos respeto a la ley, y hay sangre derramada; esperaba justicia, y sólo hay gritos de dolor.


Y lo pondré en la mano de tus opresores, de los que te decían: ¡Agáchate para que pasemos por encima!, y tú hiciste de tu espalda un suelo, un camino para los viandantes.


Sus pies corren hacia el crimen y se apresuran a derramar sangre inocente; sus planes son criminales; sólo devastación y ruina por donde pasan.


Nadie partirá el pan con quien está de duelo para consolarlo por un muerto; nadie le ofrecerá la copa del consuelo por la muerte del padre o de la madre.


Por todo estoy llorando, se derriten en lágrimas mis ojos, porque está lejos de mí el consolador, que me devuelva la vida. Mis hijos están desolados, porque ha triunfado el enemigo.


Sión alarga sus manos, mas no hay quien la consuele. El Señor ha suscitado contra Jacob por todas partes enemigos; Jerusalén se ha convertido en objeto de horror entre los pueblos.


Llora a raudales en la noche y las lágrimas surcan sus mejillas. Nadie hay que la consuele entre todos sus amantes; la han traicionado todos sus aliados, se le han vuelto enemigos.


¡Hasta en sus ropas hay inmundicia! No pensaba en este fin; se hundió estruendosamente ¡y nadie la consuela! Mira, Señor, su aflicción, que el enemigo triunfa.


No saben obrar con rectitud, dice el Señor; acumulan la violencia y la opresión en sus palacios.


Proclamadlo en los palacios de Asdod y en los palacios de Egipto; decid: 'Reuníos sobre los montes de Samaría, y ved los desórdenes que hay en ella y la violencia que reina allí'.


Otra cosa hacéis también vosotros: cubrís de lágrimas, de llantos y gemidos el altar del Señor porque él no acepta ya vuestras ofrendas ni recibe con agrado lo que presentan vuestras manos.


Entonces vosotros volveréis a ver la diferencia que hay entre el justo y el injusto, entre quien sirve al Señor y quien no le sirve.


Yo vendré a juzgaros; seré testigo acusador contra los hechiceros, contra los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan al jornalero, a la viuda y al huérfano y violan el derecho del extranjero sin ningún temor de mí -dice el Señor todopoderoso-.


Pero todo esto sucede para que se cumpla lo que escribieron los profetas'. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.


Un pueblo desconocido para ti comerá las cosechas de tu tierra y el fruto de todas tus fatigas, mientras tú serás siempre oprimido y aplastado.


tendrás que servir a los enemigos que el Señor mandará contra ti; sufrirás hambre, sed, falta de ropa, miseria total. Cargarán sobre tu cuello yugo de hierro hasta destruirte.


El jornal de los obreros que segaron vuestros campos, defraudado por vosotros, clama, y los lamentos de los segadores han llegado a los oídos del Señor todopoderoso.


Los israelitas clamaron al Señor, porque Yabín tenía novecientos carros de guerra y había oprimido a los israelitas durante veinte años.


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