Bebió de su vino, se emborrachó y se quedó desnudo en el interior de la tienda.
2 Samuel 13:28 - Biblia Martin Nieto y había dado órdenes a sus servidores: 'Cuando Amnón esté alegre por el vino y yo os diga: ¡Golpead a Amnón!, matadlo. No temáis, porque os lo he mandado yo. Cobrad ánimo y sed valientes'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Absalón había dado orden a sus criados, diciendo: Os ruego que miréis cuando el corazón de Amnón esté alegre por el vino; y al decir yo: Herid a Amnón, entonces matadle, y no temáis, pues yo os lo he mandado. Esforzaos, pues, y sed valientes. Biblia Nueva Traducción Viviente Absalón les dijo a sus hombres: —Esperen hasta que Amnón se emborrache; entonces, a mi señal, ¡mátenlo! No tengan miedo. Yo soy quien da la orden. ¡Anímense y háganlo! Biblia Católica (Latinoamericana) y dio esta orden a sus muchachos: 'Cuando Amnón esté borracho, les diré: ¡Denle a Amnón! E inmediatamente lo matarán. No teman nada, pues yo soy quien se lo ordena. ¡Animo, no se acobarden!' La Biblia Textual 3a Edicion Y Absalón ordenó a sus siervos, diciendo: Observad cuando el corazón de Amnón esté alegre por causa del vino, y yo os diga: ¡Herid a Amnón!, entonces lo mataréis. No temáis ¿Acaso no os lo ordeno yo? ¡Esforzaos y sed hijos de valor! Biblia Serafín de Ausejo 1975 y dio a sus criados esta orden: '¡Estad atentos! Cuando el corazón de Amnón se haya alegrado con el vino y yo os diga: 'Herid a Amnón, matadlo', no temáis. ¿No soy yo quien os lo manda? ¡Tened ánimo y sed valientes!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Absalón había dado orden a sus criados, diciendo: Mirad; cuando el corazón de Amnón esté alegre por el vino, y cuando yo os diga: Herid a Amnón, entonces matadle, no temáis; ¿No os lo he mandado yo? Esforzaos, pues, y sed valientes. |
Bebió de su vino, se emborrachó y se quedó desnudo en el interior de la tienda.
Al día siguiente David le invitó a comer y beber con él, y Urías se emborrachó; por la tarde salió a acostarse en su cama con los servidores de su señor, pero no fue a su casa.
Decía en ella: 'Poned a Urías en el punto en que más recia sea la batalla; y después dejadle solo para que sea herido y muera'.
Por eso, no se apartará nunca de tu casa la espada, por haberme despreciado y haber tomado por esposa a la mujer de Urías, el hitita.
Pero Absalón le insistió, y el rey dejó ir a Amnón y a todos los hijos del rey. Absalón había preparado un gran banquete, un banquete regio,
y tu sierva tenía dos hijos. Riñeron los dos en el campo y, no habiendo quien los separara, el uno golpeó al otro y lo mató.
Al mediodía se hizo una salida, mientras que Ben Hadad estaba en sus tiendas bebiendo y borracho, con los treinta y dos reyes que le ayudaban.
El séptimo día el rey, eufórico por el vino, mandó a Mehumán, Bizzetá, Jarboná, Bigtá, Abagtá, Zetar y Carcás, los siete eunucos que le servían,
el pan que le da fuerzas, y el vino que le alegra el corazón y hace brillar su rostro más que el mismo aceite.
Entonces el rey de Egipto mandó llamar a las parteras y les dijo: '¿Por qué habéis obrado así y habéis dejado vivir a los niños?'.
Para el placer se hacen banquetes, y el vino alegra la vida, y el dinero todo lo arregla.
Anda, come tu pan con alegría y bebe con alegre corazón tu vino, porque ya se complace Dios en tu obra.
porque ellos son como espinos enmarañados; como borrachos en su borrachera, como paja seca serán enteramente consumidos.
'Cuidad de que vuestros corazones no se emboten por el vicio, la borrachera y las preocupaciones de la vida, y caiga de improviso sobre vosotros este día
Pedro y los apóstoles respondieron: 'Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
Yo te lo mando. Sé fuerte y ten ánimo. No temas ni te asustes, porque el Señor, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas'.
Cuando más contentos estaban, unos hombres pervertidos de la ciudad empezaron a dar golpes a la puerta y a decir al anciano dueño de la casa: 'Sácanos al hombre que ha entrado en tu casa para que abusemos de él'.
Y los dos se sentaron, comieron y bebieron. Después el padre de la joven le dijo: 'Anda, quédate y pasa contento aquí una noche más'.
El levita se levantó para irse con su concubina y su criado, pero su suegro le dijo: 'Mira, ya es tarde; pasa aquí contento la noche; mañana os iréis de madrugada'.
Booz comió, bebió y se acostó muy feliz al lado del muelo de la cebada. Llegó entonces ella muy despacio, destapó sus pies y se acostó.
Saúl dio esta orden a sus siervos: 'Hablad en secreto a David y decidle: El rey te estima y todos sus servidores te aman; debes ser yerno del rey'.
Saúl le juró: '¡Vive el Señor, que no incurrirás en pena alguna por esto!'.
Pero el rey le dijo: 'No temas. ¿Qué has visto?'. Y respondió: 'He visto un espíritu que sube de la tierra'.