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2 Corintios 12:10 - Biblia Martin Nieto

Por esto me alegro de mis flaquezas, de los insultos, de las dificultades, de las persecuciones, de todo lo que sufro por Cristo; pues cuando me siento débil, es cuando soy más fuerte.

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Biblia Reina Valera 1960

Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Por eso acepto con gusto lo que me toca sufrir por Cristo: enfermedades, humillaciones, necesidades, persecuciones y angustias. Pues si me siento débil, entonces es cuando soy fuerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por lo cual me complazco en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones,° en angustias° por causa del Mesías; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por eso me complazco, por amor de Cristo, en flaquezas, insultos, necesidades, persecuciones y angustias; porque cuando me siento débil, entonces soy fuerte.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Por lo cual me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy poderoso.

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2 Corintios 12:10
29 Tagairtí Cros  

Dichosos seréis si os odian los hombres, si os expulsan, os insultan y proscriben vuestro nombre como infame por causa del hijo del hombre.


Todas estas cosas harán con vosotros por mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado'.


Ellos salieron del tribunal muy contentos por haber sido dignos de ser ultrajados por tal nombre.


Y no sólo esto, sino que nos alegramos también en los sufrimientos, conscientes de que los sufrimientos producen la paciencia,


Nosotros tontos por Cristo, vosotros sabios en Cristo; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros honrados, nosotros despreciados.


que nos consuela en todos nuestros sufrimientos para que nosotros podamos consolar a todos los que sufren con el consuelo que nosotros mismos recibimos de Dios.


Porque no es digno de aprobación el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.


y las tres me ha respondido: 'Te basta mi gracia, pues mi poder triunfa en la flaqueza'. Con gusto, pues, presumiré de mis flaquezas para que se muestre en mí el poder de Cristo.


Fue crucificado en razón de su flaqueza, pero ahora vive por el poder de Dios. Yo también participo de su debilidad y participaré, frente a vosotros, de su poderosa vida divina.


Y nos alegramos de que yo sea débil y vosotros fuertes. Lo que pedimos en nuestras oraciones es vuestra perfección.


Pues el peso momentáneo y ligero de nuestras penalidades produce, sobre toda medida, un peso eterno de gloria


Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor; nosotros somos vuestros siervos por amor de Jesús.


y murió por todos, para que los que viven no vivan para sí, sino para quien murió y resucitó por ellos.


Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortase por nosotros. En nombre de Cristo os rogamos: reconciliaos con Dios.


sino que en todo nos mostramos como ministros de Dios, con gran paciencia en sufrimientos, estrecheces, angustias,


Tengo gran confianza en vosotros, me siento orgulloso de vosotros, estoy lleno de consuelo y de alegría en medio de todas mis penalidades.


En definitiva, cobrad fuerzas en el poder soberano del Señor.


Pues vosotros tenéis el privilegio no sólo de creer en Cristo, sino también de padecer por él,


Ahora me alegro de sufrir por vosotros, y por mi parte completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia,


hasta el punto de que nos sentimos orgullosos de vosotros en medio del pueblo de Dios por la fortaleza y por la fe con que soportáis los sufrimientos y las persecuciones.


en las persecuciones y en los sufrimientos que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra, donde tantas penalidades tuve que sufrir; pero de todas ellas me libró el Señor.


Hermanos míos, tened como suprema alegría las diversas pruebas a que podéis ser sometidos,


que eres constante y que has sufrido por mi nombre sin desfallecer.