2 Corintios 10 - Biblia Martin Nieto1 Yo mismo, Pablo, os lo pido por la ternura y la bondad de Cristo; yo, tan tímido cuando estoy entre vosotros y tan valiente cuando estoy lejos. 2 Os ruego que no me obliguéis cuando esté con vosotros a dar pruebas de esta valentía, de la que estoy dispuesto a usar contra los que piensan que procedo por motivos puramente humanos; 3 soy humano, pero no lucho por motivos humanos; 4 las armas con que lucho no son humanas, sino divinas; capaces de destruir fortalezas, de deshacer las acusaciones 5 y toda altanería que se levante contra el conocimiento de Dios, de someter todo entendimiento a la voluntad de Cristo, 6 y dispuestos a castigar cualquier desobediencia, una vez que vuestra obediencia sea perfecta. 7 Sólo os fijáis en las apariencias. Si alguno se precia de ser de Cristo, piense que yo lo soy tanto como él; 8 y si yo presumo algo más de la cuenta del poder que el Señor me ha dado para vuestro provecho y no para vuestra ruina, no me arrepiento de ello. 9 Para que no parezca que quiero amedrentaros con mis cartas - 10 porque dicen que mis cartas son duras y fuertes, pero que mi presencia corporal es muy poca cosa y mi palabra lamentable-, 11 piense ese individuo que lo que digo de lejos por carta soy capaz de llevarlo a la práctica cuando esté con vosotros. 12 Ciertamente, no me atrevo a igualarme ni a compararme con algunos que se alaban a sí mismos; pues, midiéndose y comparándose consigo mismos, demuestran poca inteligencia. 13 Sin embargo, yo no quiero presumir demasiado; me quedo en los límites del campo de acción que Dios me ha señalado al permitirme llegar hasta vosotros. 14 No traspasamos los límites debidos, como si no hubiéramos llegado a vosotros, pues hasta vosotros hemos llegado con el evangelio de Cristo. 15 No presumo indebidamente de trabajos ajenos; espero que con el progreso de vuestra fe aumentará nuestro trabajo entre nosotros, aunque dentro de los límites que Dios nos ha señalado; 16 esperamos anunciar el evangelio a regiones más allá de las vuestras, pero sin invadir campos ajenos, para no presumir de trabajos que han hecho otros; 17 pues el que quiera presumir de algo, que presuma de lo que ha hecho en el Señor. 18 Porque no es digno de aprobación el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba. |
Evaristo Martín Nieto©