enmudezcan los labios mentirosos, que hablan al justo con insolencia, con arrogancia y con desprecio.
1 Pedro 1:4 - Biblia Martin Nieto a una herencia incorruptible incontaminada e imperecedera reservada en el cielo para vosotros, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, Biblia Nueva Traducción Viviente y tenemos una herencia que no tiene precio, una herencia que está reservada en el cielo para ustedes, pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse. Biblia Católica (Latinoamericana) Reservaba para ustedes la herencia celestial, ese tesoro que no perece ni se echa a perder y que no se deshace con el tiempo. La Biblia Textual 3a Edicion para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, Biblia Serafín de Ausejo 1975 para una herencia incorruptible, pura e inmarchitable, reservada en el cielo para vosotros, Biblia Reina Valera Gómez (2023) para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en el cielo para vosotros, |
enmudezcan los labios mentirosos, que hablan al justo con insolencia, con arrogancia y con desprecio.
Él somete a nuestro yugo las naciones y pone a los pueblos bajo nuestros pies;
Porque, lo mismo que el cielo nuevo y la nueva tierra que yo creo subsisten ante mí -dice el Señor-, así subsistirán vuestra raza y vuestro nombre.
Junto al río crecerán, a una y otra margen, toda clase de árboles frutales, cuyo follaje no se marchitará y cuyo fruto no se agotará nunca. Todos los meses darán frutos nuevos, porque sus aguas manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de medicina.
Entonces el rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde el principio del mundo.
Al salir Jesús de camino, un hombre corrió a preguntarle, arrodillándose ante él: 'Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para alcanzar la vida eterna?'.
Y ahora os encomiendo a Dios y a su mensaje de amor, que tiene poder para construir el edificio y dar la herencia a todos los consagrados.
a abrirles los ojos, para que pasen de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios; para que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los consagrados.
Y si somos hijos, somos también herederos: herederos de Dios, coherederos de Cristo; si es que padecemos con él, para ser también glorificados con él.
Los atletas se privan de muchas cosas, y lo hacen para conseguir una corona corruptible; en cambio, nosotros, por una incorruptible.
Pues si la herencia depende del cumplimiento de la ley, ya no se debe a la promesa; pero la verdad es que Dios prometió a Abrahán dársela gratuitamente.
En Cristo también hemos sido hechos herederos, predestinados según el designio del que todo lo hace conforme a su libre voluntad,
el cual es garantía de nuestra herencia, para la plena liberación del pueblo de Dios y alabanza de su gloria.
que ilumine los ojos de vuestro corazón, para que conozcáis cuál es la esperanza de su llamada, cuál la riqueza de la gloria de su herencia otorgada a su pueblo
dando gracias al mismo tiempo a Dios, que os ha hecho capaces de participar en la herencia de su pueblo en la gloria,
por la esperanza de lo que os está reservado en los cielos, de la que ya oísteis hablar por la palabra de la verdad del evangelio
sabiendo que en pago recibiréis la herencia. Vosotros servís a Cristo, el Señor.
sólo me queda recibir la corona merecida, que en el último día me dará el Señor, justo juez; y no sólo a mí, sino también a todos los que esperan con amor su venida.
Porque vosotros habéis compartido las penas de los presos, habéis aceptado con alegría el que os quitaran vuestros bienes, siendo conscientes de que estáis en posesión de una riqueza mejor y permanente.
Por eso es el mediador de una nueva alianza, a fin de que, consiguiendo con su muerte el perdón de los delitos cometidos en el tiempo de la primera alianza, aquellos que son llamados reciban la herencia eterna prometida.
El sol ardiente se levanta y seca el heno, se marchita la flor y desaparece su belleza; así se marchitará el rico en sus empresas;
no devolváis mal por mal ni injuria, por injuria sino todo lo contrario bendecid siempre pues para esto habéis sido llamados para ser herederos de la bendición.
Y cuando aparezca el supremo pastor, recibiréis la corona imperecedera de la gloria.
En ella no entrará nada impuro ni quien comete abominación o mentira, sino únicamente quienes han sido inscritos en el libro de la vida del cordero.