Ahora, confiésenlo al Señor, Dios de sus padres, cumplan su voluntad y sepárense de los pueblos paganos y de las mujeres extranjeras.
Juan 9:24 - Nueva Biblia Española (1975) Llamaron entonces por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: Reconócelo tú ante Dios. A nosotros nos consta que ese hombre es un pecador. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. Biblia Nueva Traducción Viviente Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: —Es Dios quien debería recibir la gloria por lo que ha pasado, porque sabemos que ese hombre, Jesús, es un pecador. Biblia Católica (Latinoamericana) De nuevo los fariseos volvieron a llamar al hombre que había sido ciego y le dijeron: 'Confiesa la verdad; nosotros sabemos que ese hombre que te sanó es un pecador. La Biblia Textual 3a Edicion Llamaron, pues, por segunda vez al hombre que había sido° ciego, y le dijeron: ¡Da gloria a Dios! Nosotros sabemos que este hombre es pecador. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: 'Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es pecador. |
Ahora, confiésenlo al Señor, Dios de sus padres, cumplan su voluntad y sepárense de los pueblos paganos y de las mujeres extranjeras.
Oigan la palabra del Señor, los que se estremecen ante sus palabras: Dicen sus hermanos, los que los detestan, los que los rechazan por mi nombre: 'Que el Señor muestre su gloria y veamos la alegría de ustedes'. Pues serán confundidos ellos.
Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
Los fariseos y los letrados lo criticaban diciendo: Ese acoge a los descreídos y come con ellos.
Al ver aquello murmuraban todos: ¡Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador!
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado dijo para sí mismo: Este, si fuera profeta, sabría quién es y qué clase de mujer la que lo está tocando: una pecadora.
Ya no hay tiempo para hablar largo, porque está para llegar el jefe de este mundo. No es que él pueda nada contra mí,
Les excluirán de la sinagoga; es más, se acércala hora en que todo el que les dé muerte se figure que ofrece un culto a Dios.
Le respondieron: Si éste no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado.
Pero apenas lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, se pusieron a dar gritos: ¡A la cruz! ¡A la cruz! Les contestó Pilato: Llévenlo ustedes y crucifíquenlo, porque yo no encuentro cargo contra él.
para que todos honren al Hijo como lo honran a él. Negarse a honrar al Hijo, significa negarse a honrar al Padre que lo mandó.
¿Quién de ustedes puede echarme en cara un pecado? Si digo la verdad, ¿por qué ustedes no me creen?
Replicó Jesús: Yo no estoy loco, sino que honro a mi Padre, en cambio ustedes quieren quitarme la honra a mí;
Algunos de los fariseos comentaban: Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no guarda el sábado. Otros, en cambio, decían: ¿Cómo puede un hombre, siendo pecador, realizar semejante señales? Y estaban divididos.
Replicó entonces él: Si es pecador o no, no lo sé; una cosa sé, que yo era ciego y ahora veo.
Es decir, lo que le resultaba imposible a la Ley, reducida a la impotencia por los bajos instintos, lo ha hecho Dios: envió a su propio Hijo en una condición como la nuestra pecadora, para el asunto del pecado, y en su carne mortal sentenció contra el pecado.
Al que no tenía que ver con el pecado, por nosotros lo cargó con el pecado, para que nosotros, por su medio, obtuviéramos la rehabilitación de Dios.
Josué le dijo: Hijo mío, glorifica al Señor, Dios de Israel, haciendo tu confesión. Dime lo que has hecho, no me ocultes nada.
En aquel momento se produjo un gran terremoto y se desplomó la décima parte de la ciudad; murieron en el terremoto siete mil personas, y los demás, aterrorizados, dieron la razónal Dios del cielo.