Haré a tus descendientes como el polvo de la tierra: el que pueda contar el polvo de la tierra podrá contar a tus descendientes.
Génesis 16:10 - Nueva Biblia Española (1975) Y el ángel del Señor añadió: Haré tan numerosa tu descendencia, que no se podrá contar. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. Biblia Nueva Traducción Viviente Después añadió: —Yo te daré más descendientes de los que puedas contar. Biblia Católica (Latinoamericana) El Angel de Yavé añadió: 'Multiplicaré de tal manera tu descendencia, que no se podrá contar'. La Biblia Textual 3a Edicion Y le dijo el ángel de YHVH: Multiplicaré en gran manera tu descendencia, y debido a su multitud, no se podrá contar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y añadió el ángel de Yahveh: 'Multiplicaré tanto tu descendencia que no se podrá contar su número'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Le dijo también el Ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no será contada a causa de la multitud. |
Haré a tus descendientes como el polvo de la tierra: el que pueda contar el polvo de la tierra podrá contar a tus descendientes.
En cuanto a Ismael, escucho tu petición: lo bendeciré, lo haré fecundo, lo haré multiplicarse sin medida, engendrará doce príncipes y haré de él un pueblo numeroso.
Aunque también del hijo de la sirvienta sacaré un gran pueblo, por ser descendiente tuyo,
se apartó y se sentó a solas a la distancia de un tiro de arco, diciéndose: No puedo ver morir a mi hijo. Y se sentó a distancia. El niño rompió a llorar.
Levántate, toma al niño y tenlo bien agarrado de la mano, porque sacaré de él un gran pueblo.
El fue su salvador en el peligro: no fue un mensajero ni un enviado, él en persona los salvó, por su amor y su clemencia los rescató, y los liberó y los llevó siempre a cuestas en el pasado.
Miren, yo envío un mensajero a prepararme el camino. De pronto entrará en el santuario el Señor que buscan; el mensajero de la alianza que desean mírenlo entrar -dice el Señor de los ejércitos-.
A la divinidad nadie la ha visto nunca; el único Dios engendrado, el que está de cara al Padre, él ha sido la explicación.
único que posee la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien nadie ha visto ni puede ver. A él honor y dominio eterno, amén.
El ángel del Señor vino y se sentó bajo la encina de Ofrá, propiedad de Joás, de Abiezer, mientras su hijo, Gedeón, estaba trillando trigo a látigo en el lagar, para esconderse de los madianitas.
El Señor contestó: Yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.