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Jueces 6:11 - Nueva Biblia Española (1975)

11 El ángel del Señor vino y se sentó bajo la encina de Ofrá, propiedad de Joás, de Abiezer, mientras su hijo, Gedeón, estaba trillando trigo a látigo en el lagar, para esconderse de los madianitas.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Después el ángel del Señor vino y se sentó debajo del gran árbol de Ofra que pertenecía a Joás, del clan de Abiezer. Gedeón, hijo de Joás, estaba trillando trigo en el fondo de un lagar para esconder el grano de los madianitas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 El ángel de Yavé se fue a sentar bajo el terebinto que está en Ofra y que pertenecía a Joas, del clan de Abiezer. Gedeón, su hijo, estaba trillando el trigo en el lagar para esconderlo de los madianitas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Entonces, el ángel de YHVH vino y se sentó bajo la encina que está en Ofra, que era de Joás abiezerita. Y su hijo Gedeón° estaba desgranando espigas en el lagar para esconderlo de los madianitas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Vino el ángel de Yahveh y se sentó bajo el terebinto de Ofrá, que pertenecía a Joás de Abiezer, mientras Gedeón, su hijo, estaba majando trigo en el lagar, para ponerlo a salvo de los madianitas.

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Jueces 6:11
17 Tagairtí Cros  

El ángel del Señor la encontró junto a la fuente del desierto, la fuente del camino de Sur,


el ángel que me libró de todo mal, bendiga a estos chicos. Continúe en ellos mi nombre y el apellido de mis padres, Abrahán e Isaac. Sean una multitud en medio de la tierra.


Elías marchó de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó junto a él y le echó encima el manto.


El fue su salvador en el peligro: no fue un mensajero ni un enviado, él en persona los salvó, por su amor y su clemencia los rescató, y los liberó y los llevó siempre a cuestas en el pasado.


Hijos de Galaad: Yézer y la familia de los yezeritas, Jélec y la familia de los jelequitas,


¿Qué más quieren que diga? Porque si me detuviera con Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, con David, Samuel y los Profetas, me faltaría tiempo.


A los otros hijos de Manases les tocó por clanes (al clan de Abiezer, de Jélec, de Asriel, de Siquén, de Jéfer, de Semidá, o sea, los hijos varones de Manases, hijo de José).


El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: Eres estéril y no has tenido hijos.


La mujer fue a decirle a su marido: Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era ni él me dijo su nombre.


Maldigan a Meroz; maldíganla, dice el mensajero del Señor; maldigan a sus habitantes, porque no vinieron en auxilio del Señor, en auxilio del Señor con sus tropas.


El ángel del Señor se le apareció y le dijo: El Señor está contigo, valiente.


El les respondió: ¿Qué supone mi hazaña comparada con la de ustedes? Vale más el rebusco de Efraín que toda la vendimia de Abiezer.


Luego fue a casa de su padre, a Ofrá, y asesinó a sus hermanos, los hijos de Yerubaal, a setenta hombres en la misma piedra. Sólo quedó Yotán, el hijo menor de Yerubaal, que se había escondido.


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