No a la nuestra, Señor, no a la nuestra, hazle honor a tu fama, por tu lealtad, por tu fidelidad.
Apocalipsis 7:10 - Nueva Biblia Española (1975) aclamaban a gritos: ¡La victoria pertenece a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Biblia Nueva Traducción Viviente Y gritaban con gran estruendo: «¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!». Biblia Católica (Latinoamericana) y gritaban con voz poderosa:
'¿Quién salva fuera de nuestro Dios, que se sienta en el trono, y del Cordero?' La Biblia Textual 3a Edicion Y claman a gran voz, diciendo: ¡Atribúyase° la salvación a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y gritan con gran voz, diciendo: 'La salvación se debe a nuestro Dios, al que está sentado en el trono, y al Cordero'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y aclamaban en alta voz, diciendo: Salvación a nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero. |
No a la nuestra, Señor, no a la nuestra, hazle honor a tu fama, por tu lealtad, por tu fidelidad.
Levántate, Señor; sálvame, Dios mío; tú abofeteaste a mis enemigos, rompiste los dientes de los malvados.
Es verdad: Tú eres el Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador.
Declaren, aduzcan pruebas, que deliberen juntos: ¿Quién anunció esto desde antiguo, quién lo predijo desde entonces? ¿No fui yo, el Señor? No hay otro Dios fuera de mí. Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más.
Cierto, son mentira las colinas y el barullo de los montes, en el Señor, nuestro Dios, está la salvación de Israel.
Pero yo soy el Señor, Dios tuyo desde Egipto, no conocías a otro dios que a mí, ningún salvador fuera de mí.
yo, en cambio, te cumpliré mis votos, mi sacrificio será un grito de acción de gracias: 'la salvación viene del Señor''.
Esas siete lámparas representan los ojos del Señor, que se pasean por toda la tierra.
Alégrate, ciudad de Sión: aclama, Jerusalén; mira a tu rey que está llegando: justo, victorioso, humilde, cabalgando un burro, una cría de burra.
Al día siguiente, mirando a Jesús que venía hacia él, dijo: Mirad el cordero de Dios, el que va a quitar el pecado del mundo.
y, fijando la vista en Jesús que pasaba, dijo: Mirad el cordero de Dios.
Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación sale de los judíos.
De hecho, gracias a esa generosidad están ya salvados por la fe; es decir, no viene de ustedes, es don de Dios;
Oí en el cielo una aclamación: ¡Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su poderío y de su reinado, y de la potestad de su Mesías! Porque han derribado al acusador de nuestros hermanos, al que los acusaba día y noche ante nuestro Dios;
Oí después en el cielo algo que recordaba el vocerío de una gran muchedumbre; cantaban: Aleluya. ¡La victoria, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios,
Y el que estaba sentado en el trono dijo: Todo lo hago nuevo. Y añadió: Escribe, que estas palabras son fidedignas y verídicas.
Allí no habrá ya nada maldito. En la ciudad estará el trono de Dios y del Cordero, y sus servidores le prestarán servicio,
y delante se extiende una especie de mar, transparente como cristal. En el centro, alrededor del trono, había cuatro vivientes tachonados de destellos' por delante y por detrás;
Se acercó el Cordero y recibió el rollo de la mano derecha del que está sentado en el trono.