Amas la justicia y odias la maldad; por eso, entre todos tus compañeros, el Señor, tu Dios, te ha ungido con perfume de fiesta.
2 Corintios 1:21 - Nueva Biblia Española (1975) Y el que nos mantiene firmes -a mí y a ustedes- en la adhesión al Mesías es Dios que nos ungió; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, Biblia Nueva Traducción Viviente Es Dios quien nos capacita, junto con ustedes, para estar firmes por Cristo. Él nos comisionó Biblia Católica (Latinoamericana) Y Dios es el que nos da fuerza, a nosotros y a ustedes, para Cristo; él nos ha ungido' La Biblia Textual 3a Edicion Y el que nos confirma con vosotros en el Mesías y el que nos ungió, es Dios; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y es Dios, que nos mantiene firmes en Cristo tanto a nosotros como a vosotros, quien nos ungió, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios; |
Amas la justicia y odias la maldad; por eso, entre todos tus compañeros, el Señor, tu Dios, te ha ungido con perfume de fiesta.
Se dirá de Sión: 'Uno por uno, todos han nacido en ella, el Altísimo en persona la ha fundado'.
Así dice el Señor: En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado; te he defendido y constituido alianza del pueblo; para restaurar el país, para repartir heredades desoladas,
Por mi parte, dice el Señor, este es mi pacto con ellos: el espíritu mío, que te envié; las palabras mías, que puse en tu boca, no se caerán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de tus nietos, nunca jamás -lo ha dicho el Señor-.
El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar una buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad,
no le den descanso hasta que la establezca, hasta que haga de Jerusalén la admiración de la tierra.
Esta es la ración de Aarón y de sus hijos, de las oblaciones al Señor, desde que son promovidos al sacerdocio del Señor.
¡Ay del que construye con sangre la ciudad y asienta la capital en el crimen!
y es que el enviado de Dios propone las exigencias de Dios, puesto que comunica el Espíritu sin escatimar.
Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
A aquel que tiene poder para afirmarlos en la buena noticia que anuncio y la proclamación de Jesús Mesías, con la revelación de un secreto callado por incontables siglos,
Ustedes, en cambio, no están sujetos a los bajos instintos, sino al Espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en ustedes; y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, ése no es cristiano.
él por su parte los mantendrá firmes hasta el fin, para que el día de nuestro Señor Jesús nadie pueda acusarlos.
Quien nos preparó concretamente para eso fue Dios, y como garantía nos dio el Espíritu.
arraigados en él, vayan construyéndose sobre él y afirmándose en la fe que les enseñaron, rebosando agradecimiento.
que los afirme así interiormente, para que se presenten con una santidad sin mancha ante Dios nuestro Padre cuando vuelva nuestro Señor Jesús con todos sus santos.
los anime interiormente y los afirme en todo bien de palabra y de obra.
aparecerá el impío, a quien el Señor Jesús destruirá con el aliento de su boca' y aniquilará con el esplendor de su venida.
No se dejen arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas, lo importante es fortalecerse interiormente por gracia y no con prescripciones alimenticias, que de nada valieron a los que las observaban.
Tras un breve, sufrir, Dios, que es todo gracia y que los llamó por el Mesías a su eterna gloria, él en persona los restablecerá, afirmará, fortalecerá y dará estabilidad.
A ustedes, además, el Consagrado les confirió una unción y todos tienen ya conocimiento.
Además, la unción con que él los ungió sigue con ustedes y no necesitan otros maestros. No, como esa unción suya, que es realidad, no ilusión, les va enseñando en cada circunstancia aquello mismo que les había enseñado, siguen con él.
al que hizo de nosotros linaje real y sacerdotes para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos, amén.
Te aconsejo que me compres oro acendrado a fuego, así serás rico; y un vestido blanco, para ponértelo y que no se vea tu vergonzosa desnudez, y colirio para untártelo en los ojos y ver.