La muerte y la vida están en el poder de la lengua; y los que la aman comerán de sus frutos.
Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso con las palabras de tu boca.
Así también la lengua es un miembro muy pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego, ¡cuán grande bosque enciende!
Se alegra el hombre con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!
Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; y arroyo que rebosa, la fuente de la sabiduría.
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así es la lengua entre nuestros miembros; contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno.
pero ningún hombre puede domar la lengua; que es un mal sin freno, llena de veneno mortal.
El que reserva sus palabras tiene sabiduría; de excelente espíritu es el hombre entendido.
El que guarda su boca guarda su alma; pero el que mucho abre sus labios tendrá destrucción.
Manantial de vida es la boca del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos.
a los que han dicho: Por nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios son nuestros; ¿quién es señor sobre nosotros?
Así también la lengua es un miembro muy pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego, ¡cuán grande bosque enciende!
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así es la lengua entre nuestros miembros; contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno.
Mas cuando os entregaren, no os preocupéis de cómo o qué habéis de hablar; porque en aquella misma hora, os será dado lo que habéis de hablar.
Las palabras de la boca del sabio están llenas de gracia; mas los labios del necio causan su propia ruina.
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
El corazón entendido busca el conocimiento; mas la boca de los necios se alimenta de necedades.
La lengua sana es árbol de vida; mas la perversidad en ella es quebrantamiento de espíritu.
Porque el que quiera amar la vida, y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño;
apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala.
No conviene al necio la palabra elocuente: ¡Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!
Hay quienes hablan como dando estocadas de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.
Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.
Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz y síguela.
Si alguno parece ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca; sino la que sea buena y sirva para edificación, para que dé gracia a los oyentes.
¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.
Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que los hombres hablaren, de ella darán cuenta en el día del juicio.
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea presto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira;
Mas ahora dejad también vosotros todas estas cosas; ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras sucias de vuestra boca.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea presto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira;
porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que los hombres hablaren, de ella darán cuenta en el día del juicio.
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe la cual predicamos:
Porque con el corazón se cree para justicia; y con la boca se hace confesión para salvación.
El hombre bueno del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
Porque el que quiera amar la vida, y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño;
Sin leña se apaga el fuego; y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
El carbón para las brasas, y la leña para el fuego; y el hombre rencilloso para encender contienda.
Con ella bendecimos al Dios y Padre; y con ella maldecimos a los hombres, que son hechos a la semejanza de Dios.
De una misma boca proceden maldición y bendición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
El Señor Jehová me dio lengua de sabios, para saber hablar en sazón palabra al cansado; me despierta mañana tras mañana, despierta mi oído para que oiga como los sabios.
No lo que entra en la boca contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es estimado como un hombre de entendimiento.
No te des prisa con tu boca, ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú en la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.
Porque vosotros, hermanos, a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino por amor servíos los unos a los otros.
Que los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón sean gratos delante de ti, oh Jehová, fortaleza mía, y Redentor mío.
El que reserva sus palabras tiene sabiduría; de excelente espíritu es el hombre entendido.
Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es estimado como un hombre de entendimiento.
Porque toda la ley en una palabra se cumple, en esta: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
que afilan su lengua como espada, y estiran su arco para lanzar saetas, aun palabras amargas;
Hermanos míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
Ninguno tenga en poco tu juventud; sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en pureza.