“¡Yo soy Dios, el Dios de tu padre! No temas ir a Egipto, porque te convertiré a ti y a tus descendientes en una gran nación.
Éxodo 1:12 - Versión Biblia Libre Pero cuanto más maltrataban a los israelitas, más se multiplicaban y se extendían, y también los egipcios los detestaban aún más. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, cuanto más los oprimían, más los israelitas se multiplicaban y se esparcían, y tanto más se alarmaban los egipcios. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero cuanto más los oprimían, tanto más crecían y se multiplicaban, de tal modo que la gente ya no soportaba a los israelitas. La Biblia Textual 3a Edicion Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y esparcían, hasta que llegaron a sentir aversión por los hijos de Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero cuanto más los oprimían, tanto más crecía su número y se propagaban, de suerte que los egipcios llegaron a temer a los israelitas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían; así que ellos estaban fastidiados de los hijos de Israel. |
“¡Yo soy Dios, el Dios de tu padre! No temas ir a Egipto, porque te convertiré a ti y a tus descendientes en una gran nación.
Hiciste que sus descendientes fueran tan innumerables como las estrellas del cielo, y los condujiste a la tierra que habías prometido a sus padres que entrarían y poseerían.
Él cuida de su pueblo, y este aumenta su tamaño drásticamente, también el número de sus ganados!
Y Dios trató bien a las parteras, y el pueblo aumentó en número, así que había aún muchos más de ellos.
Sin embargo, los israelitas tenían muchos hijos y su número aumentaba rápidamente. De hecho, eran tantos que se volvieron muy poderosos, y el país estaba lleno de ellos.
Este rey se reunió con sus compatriotas egipcios y les dijo: “Debemos tener cuidado con estos israelitas, pues son más numerosos y más poderosos que nosotros.
Toda la sabiduría, entendimiento e instrucción que puedas lograr no son nada delante del Señor.
La furia puede ser feroz y cruel; la ira puede ser una inundación destructiva, pero ¿quién podrá soportar los celos?
Los moabitas estaban aterrorizados de los israelitas porque eran muchos. Los moabitas temían la llegada de los israelitas
Los Fariseos se decían unos a otros: “Miren, no estamos logrando nada. Todos corren detrás de él”.
Sabemos que en todas las cosas Dios obra para el bien de los que le aman, aquellos a quienes él ha llamado para formar parte de su plan.
Entonces esto es lo que debes declarar públicamente ante el Señor tu Dios, “Mi padre era un arameo que andaba de un lugar a otro. Sólo había unos pocos cuando él y su familia se fueron a vivir a Egipto. Pero se convirtieron en una nación grande y poderosa.