Cuando alguien oye la palabra acerca del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que se sembró en su corazón. Estas son las semillas sembradas junto al camino.
Mateo 5:37 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y, cuando digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de más proviene del maligno. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. Biblia Nueva Traducción Viviente Simplemente di: “Sí, lo haré” o “No, no lo haré”. Cualquier otra cosa proviene del maligno. Biblia Católica (Latinoamericana) Digan sí cuando es sí, y no cuando es no; cualquier otra cosa que se le añada, viene del demonio. La Biblia Textual 3a Edicion Pero sea vuestro hablar: Sí, sí. No, no. Porque lo que es más de esto procede del maligno. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vuestro hablar sea: al sí, sí; al no, no. Lo que de esto excede, proviene del Malo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas sea vuestro hablar: Sí, sí: No, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. |
Cuando alguien oye la palabra acerca del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que se sembró en su corazón. Estas son las semillas sembradas junto al camino.
El campo es el mundo, y la buena semilla representa a los que pertenecen al reino. La mala hierba son los que pertenecen al maligno,
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las relaciones sexuales prohibidas, los robos, los falsos testimonios y las calumnias.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o negro.
Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio este ha sido un asesino. Nunca dice la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!
Por lo tanto, dejen ya de mentir el uno al otro y hablen con la verdad, porque todos somos parte de un mismo cuerpo que es la iglesia.
Tomen la fe como si fuera un escudo, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno.
Dejen de mentirse unos a otros. Pues ahora ustedes ya no son así, esa era su vieja manera de vivir.
Que su conversación sea siempre agradable y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno.
Pero el Señor es fiel, y él les dará fuerzas. Él los protegerá a ustedes de todo mal.
Sobre todo, hermanos en la fe, no juren ni por el cielo ni por la tierra ni por ninguna otra cosa. Que su «sí» sea «sí», y su «no», «no», para que no sean castigados por Dios.
No seamos como Caín que pertenecía al diablo y asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo hizo? Porque todo lo que hacía era malo y, en cambio, lo que hacía su hermano era bueno.
Sabemos que el que es hijo de Dios no vive pecando, pues Jesucristo, que nació de Dios, lo protege, y el diablo no llega a tocarlo.