Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de corazón. Así encontrarán descanso para su alma,
Mateo 11:28 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) »Vengan a mí todos ustedes que están cansados y preocupados, y yo les daré descanso. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Biblia Católica (Latinoamericana) Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. La Biblia Textual 3a Edicion Venid a mí todos los que estáis trabajados y agobiados, y Yo os haré descansar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Venid a mí todos los que estáis rendidos y agobiados por el trabajo, que yo os daré descanso. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. |
Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de corazón. Así encontrarán descanso para su alma,
Atan cargas pesadas y las ponen sobre la espalda de los demás, pero ellos mismos no están dispuestos a mover ni un dedo para levantarlas.
Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo.
En el último día, el más importante de la fiesta, Jesús se puso de pie y dijo: ―¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!
Entonces, ¿por qué tratan ahora de oponerse a Dios? ¿Por qué quieren obligar a esos discípulos a obedecer leyes que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido obedecer?
Con mi ejemplo les he mostrado que es necesario trabajar duro para ayudar a los necesitados. Recuerden las palabras del Señor Jesús: “Hay más gozo en dar que en recibir”».
Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no vuelvan a ser esclavos de la Ley.
Y a ustedes que sufren, les dará descanso, lo mismo que a nosotros. Esto sucederá cuando el Señor Jesús regrese, cuando aparezca en el cielo entre llamas de fuego, con sus poderosos ángeles.
La promesa de gozar de su descanso todavía permanece. Pero debemos tener cuidado, pues alguno de ustedes podría quedarse sin disfrutarlo.
El Espíritu y la esposa del Cordero dicen: «¡Ven!». El que escuche diga: «¡Ven!». El que tenga sed, venga. Y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.