Algunos de los fariseos y de los maestros de la Ley le dijeron: ―Maestro, queremos ver alguna señal milagrosa de parte tuya.
Marcos 8:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Él lanzó un profundo suspiro y dijo: «¿Por qué pide esta gente una señal milagrosa? Les aseguro que no se le dará ninguna señal». Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dará señal a esta generación. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Jesús oyó esto, suspiró profundamente en su espíritu y dijo: «¿Por qué esta gente sigue exigiendo una señal milagrosa? Les digo la verdad, no daré ninguna señal a esta generación». Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús suspiró profundamente y exclamó: '¿Por qué esta gente pide una señal? Yo les digo que a esta gente no se le dará ninguna señal. La Biblia Textual 3a Edicion Y exhalando un profundo suspiro en su espíritu, dice: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dará ninguna señal a esta generación.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él, suspirando en su espíritu, dice: '¿Para qué pedirá esta generación una señal? Os aseguro que a esta generación no se le dará señal alguna'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dará señal a esta generación. |
Algunos de los fariseos y de los maestros de la Ley le dijeron: ―Maestro, queremos ver alguna señal milagrosa de parte tuya.
¡Esta gente malvada y adúltera pide una señal milagrosa! Pero solo se le dará la señal de Jonás». Entonces Jesús los dejó y se fue.
Jesús se les quedó mirando. Estaba enojado y entristecido por su falta de compasión, y le dijo al hombre: ―Extiende la mano. Así que la extendió, y la mano le quedó curada.
Y él se quedó asombrado por la falta de fe de ellos. Jesús recorría los alrededores, enseñando de pueblo en pueblo.
Luego, mirando al cielo, suspiró profundamente y le dijo: «¡Efatá!» (que significa: ¡Ábrete!).
―¡Ah, gente incrédula! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.