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Marcos 6:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Los doce salieron y animaban a la gente a que se arrepintiera.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces los discípulos salieron y decían a todos que se arrepintieran de sus pecados y volvieran a Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Fueron, pues, a predicar, invitando a la conversión.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y saliendo,° proclamaron que se arrepintieran,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Partieron, pues, a predicar para que se convirtieran.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen.

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Otras versiones



Marcos 6:12
23 Referencias Cruzadas  

Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en otros pueblos.


Entonces comenzó Jesús a denunciar a las ciudades en que había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían arrepentido.


Decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».


Den muestras de verdadero arrepentimiento.


Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».


Pero vayan y aprendan qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”. Pues no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.


«Se ha cumplido el tiempo —decía—. El reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse y crean la buena noticia!».


«Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor, háganle sendas derechas”».


Los habitantes de Nínive se levantarán en el juicio contra esta gente y la condenarán; porque ellos se arrepintieron al escuchar la predicación de Jonás. Y aquí tienen ustedes a uno más importante que Jonás.


¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes morirán, a menos que se arrepientan.


¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes morirán, a menos que se arrepientan».


Les digo que así mismo se alegran los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.


Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.


En su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.


Así que salieron y fueron por todas partes de pueblo en pueblo. Allí predicaban la buena noticia y sanaban a la gente.


Al oír esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo: ―¡Así que también a los no judíos Dios les ha dado oportunidad de arrepentirse y tener vida eterna!


―Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo.


A judíos y a griegos les he dicho que se arrepientan ante Dios y que crean en nuestro Señor Jesús.


Al contrario, comencé a predicar en muchos lugares. Primero, en Damasco, luego en Jerusalén y en toda Judea. Después, les prediqué a los no judíos y les pedí que se arrepintieran y obedecieran a Dios. Les dije además que hicieran lo bueno, para que demostraran su arrepentimiento.


Por tanto, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, para que sean borrados sus pecados. Así vendrán tiempos de descanso de parte del Señor.