«Como ya saben, faltan dos días para la Pascua, y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen».
Marcos 14:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Por eso decían: «No durante la fiesta, no sea que se amotine el pueblo». Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y decían: No durante la fiesta para que no se haga alboroto del pueblo. Biblia Nueva Traducción Viviente «Pero no durante la celebración de la Pascua —acordaron—, no sea que la gente cause disturbios». Biblia Católica (Latinoamericana) pero decían: 'No durante la fiesta, para que no se alborote el pueblo. La Biblia Textual 3a Edicion Pero decían: ¡En la fiesta, no! No sea que se produzca° un tumulto en el pueblo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero se decían: 'Durante la fiesta, no; no sea que haya algún motín del pueblo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y decían: No en el día de la fiesta, para que no se haga alboroto del pueblo. |
«Como ya saben, faltan dos días para la Pascua, y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen».
Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley lo oyeron y comenzaron a buscar la manera de matarlo, pues le temían, ya que toda la gente se maravillaba de sus enseñanzas.
Pero, si decimos: “humano”…». Es que temían al pueblo, porque todos consideraban que Juan era realmente un profeta.
Faltaban solo dos días para la Pascua y para la fiesta de los Panes sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley buscaban con planes malvados cómo arrestar a Jesús para matarlo.
En Betania, mientras Jesús estaba sentado a la mesa en casa de Simón llamado el Leproso, llegó una mujer con un frasco muy fino. El frasco estaba lleno de un perfume muy costoso, hecho de nardo puro. Ella rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.
Pero, si decimos: “humano”, todo el pueblo nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta».
Por eso los fariseos comentaban entre sí: «Como pueden ver, no hemos logrado nada. ¡Miren cómo lo sigue todo el mundo!».
Al oír sus palabras, algunos de entre la gente decían: «Verdaderamente este es el profeta».