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Marcos 11:32 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

32 Pero, si decimos: “humano”…». Es que temían al pueblo, porque todos consideraban que Juan era realmente un profeta.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

32 ¿Y si decimos, de los hombres…? Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 ¿Pero nos atrevemos a decir que era meramente humana?». Pues tenían temor de lo que haría la gente, porque todos creían que Juan era un profeta.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Pero tampoco podían decir delante del pueblo que era cosa de hombres, porque todos consideraban a Juan como un profeta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 Pero, ¿vamos a decir: De los hombres? (Pues temían al pueblo, ya que todos consideraban que Juan era realmente un profeta.)

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 Pero ¿vamos a responder 'de los hombres'?' tenían miedo al pueblo, pues todos tenían a Juan por un verdadero profeta-.

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Marcos 11:32
15 Referencias Cruzadas  

Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿A un profeta? Sí, les digo, y más que profeta.


Herodes quería matarlo, pero le tenía miedo a la gente, porque consideraban a Juan como un profeta.


Buscaban la manera de arrestarlo, pero temían a la gente, porque esta lo consideraba un profeta.


Ellos se pusieron a discutir entre sí: «Si respondemos: “divino”, nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?”.


Así que le respondieron a Jesús: ―No lo sabemos. Jesús les dijo: ―Pues yo tampoco les voy a decir con qué autoridad hago esto.


Cayendo en cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos, buscaban la manera de arrestarlo. Pero tenían miedo de la gente; así que lo dejaron y se fueron.


porque Herodes temía a Juan y lo protegía. Sabía que era un hombre justo y santo. Cuando Herodes oía a Juan, se quedaba muy confundido, pero lo escuchaba con gusto.


Los maestros de la Ley y los jefes de los sacerdotes se dieron cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos. Así que buscaron la manera de arrestarlo en aquel mismo momento, pero temían al pueblo.


Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley buscaban algún modo de acabar con Jesús, porque temían al pueblo.


Mucha gente llegaba hasta él y decía: «Aunque Juan nunca hizo ninguna señal milagrosa, todo lo que dijo acerca de este hombre era verdad».


Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles. Lo hizo sin hacer uso de la fuerza, pues tenían miedo de ser apedreados por la gente.


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