y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, sacudida por las olas, porque el viento le era contrario.
Hechos 27:4 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Luego salimos de Sidón y navegamos protegidos del viento por la isla de Chipre, porque los vientos soplaban contra nosotros. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y haciéndonos a la vela desde allí, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios. Biblia Nueva Traducción Viviente Desde allí nos hicimos a la mar y nos topamos con fuertes vientos de frente que hacían difícil mantener el barco en curso, así que navegamos hacia el norte de Chipre, entre la isla y el continente. Biblia Católica (Latinoamericana) Partiendo de allí nos desviamos hacia Chipre, pues los vientos eran contrarios. La Biblia Textual 3a Edicion De allí nos hicimos a la vela, y navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 De allí nos hicimos a la mar y navegamos al abrigo de Chipre, porque los vientos eran contrarios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y haciéndonos a la vela desde allí, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios. |
y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, sacudida por las olas, porque el viento le era contrario.
En la madrugada, vio que los discípulos hacían grandes esfuerzos para remar, pues tenían el viento en contra. Se acercó a ellos caminando sobre el lago, con la idea de pasar de largo.
Un día subió Jesús con sus discípulos a una barca. ―Crucemos al otro lado del lago —les dijo. Así que salieron
Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.
Esto produjo entre ellos un conflicto tan serio que acabaron por separarse. Bernabé se llevó a Marcos y abordaron un barco rumbo a Chipre.
Algunos de los discípulos de Cesarea nos acompañaron y nos llevaron a la casa de Mnasón, donde íbamos a alojarnos. Este era de Chipre, y uno de los primeros discípulos.
Después de ver a lo lejos la costa sur de la isla de Chipre, navegamos hacia Siria. Luego llegamos a Tiro, donde el barco tenía que descargar.
Durante muchos días la navegación fue lenta, y a duras penas llegamos frente a Gnido. El viento aún soplaba en nuestra contra, por lo que no seguimos el rumbo trazado. Entonces navegamos protegidos del viento por la isla de Creta, frente a Salmona.
Había un levita llamado José, nacido en Chipre, al que los apóstoles llamaban Bernabé, que significa: «El que trae consuelo».