Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración.
Filipenses 1:5 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) pues ustedes han ayudado a anunciar la buena noticia desde el primer día hasta ahora. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; Biblia Nueva Traducción Viviente porque han colaborado conmigo en dar a conocer la Buena Noticia acerca de Cristo desde el momento en que la escucharon por primera vez hasta ahora. Biblia Católica (Latinoamericana) recordando la cooperación que me han prestado en el servicio del Evangelio desde el primer día hasta ahora. La Biblia Textual 3a Edicion a causa de vuestra participación en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; Biblia Serafín de Ausejo 1975 por vuestra contribución a la causa del evangelio desde el primer día hasta ahora, Biblia Reina Valera Gómez (2023) por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; |
Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración.
Israel es como un árbol de olivo, y es verdad que algunas de sus ramas fueron cortadas. Ustedes, los no judíos, son como ramas de otro árbol. Son de un olivo silvestre, pero han sido injertados en el árbol que es Israel. Ahora la savia nutritiva de la raíz del olivo corre en ustedes, es decir, ahora tienen vida.
A los creyentes de Macedonia y Acaya les pareció bien hacer una colecta para los creyentes pobres de Jerusalén.
Dios siempre cumple sus promesas, y él los ha llamado a vivir unidos a su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
Ahora, hermanos en la fe, queremos contarles del amor inmerecido que Dios les ha mostrado a las iglesias de Macedonia.
Según ese plan, los no judíos, junto con Israel, tienen el derecho de recibir las ricas bendiciones de Dios. Son parte de un mismo pueblo y participan de las promesas de Dios. Todo eso, gracias a Cristo Jesús y por aceptar el mensaje de la buena noticia.
Queridos hermanos en la fe, quiero que sepan que, en realidad, lo que me ha sucedido ha ayudado a que la buena noticia siga anunciándose.
Unos lo hacen por amor, pues saben que Dios me ha pedido defender el mensaje de la buena noticia.
Pase lo que pase, pórtense bien, como lo enseña el mensaje de Cristo. De este modo, ya sea que vaya a verlos o no, quiero recibir buenas noticias de ustedes. Quiero escuchar que siguen firmes y unidos, luchando juntos para que otros crean en la buena noticia de Cristo.
Y está bien que yo piense así de todos ustedes porque los llevo en el corazón. Dios me dio el inmerecido privilegio de anunciar la buena noticia, y ustedes me han ayudado a hacerlo. Lo han hecho mientras he estado en la cárcel o he tenido que defender y confirmar la buena noticia.
Mis queridos hermanos en la fe, ustedes siempre han obedecido. Y, así como lo han hecho en mi presencia, háganlo mucho más ahora en mi ausencia. Por eso les pido que con todo respeto y amor a Dios vivan demostrando que son salvos.
Pero ustedes conocen la buena conducta de Timoteo, que ha servido conmigo en el anuncio de la buena noticia. Me ha ayudado como un hijo ayuda a su padre.
Y a ti, mi fiel compañero, te pido que ayudes a estas mujeres que han luchado a mi lado en el anuncio de la buena noticia. Han luchado junto con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio.
Los saluda Simón Pedro, servidor y apóstol de Jesucristo. Dirijo esta carta a los que han confiado en Cristo de manera tan preciosa como lo hemos hecho nosotros. Esa confianza nos la ha dado nuestro Dios y Salvador Jesucristo, quien ha demostrado ser justo.
Así que, lo que les anunciamos es algo que hemos visto y oído. Lo hacemos para que ustedes tengan una relación de amistad con nosotros, del mismo modo que nosotros tenemos una relación de amigos con el Padre y con su Hijo Jesucristo.
Pero, si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, viviremos como amigos unos con otros. Además, por medio de la sangre de su Hijo Jesucristo, Dios nos perdonará nuestros pecados.