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Efesios 6:20 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Dios me envió a anunciar esa noticia, y por eso ahora estoy preso. Oren para que hable con valentía, como debo hacerlo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ahora estoy encadenado, pero sigo predicando este mensaje como embajador de Dios. Así que pidan en oración que yo siga hablando de él con valentía, como debo hacerlo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

cuando tenga que presentar mi defensa, pues yo soy embajador encadenado de este Evangelio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

por el cual soy embajador en cadenas; para que osadamente hable acerca de él,° como debo hablar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

cuyo embajador soy, aun entre cadenas, para que pueda hablar valerosamente de él como es debido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

por el cual soy embajador en cadenas; para que en ellas hable osadamente, como debo hablar.

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Otras versiones



Efesios 6:20
31 Referencias Cruzadas  

El comandante se abrió paso, lo arrestó y ordenó que lo sujetaran con dos cadenas. Luego preguntó quién era y qué había hecho.


―Le pido a Dios que, en poco o mucho tiempo, no solo usted, sino también todos los que me están escuchando lleguen a ser como yo, aunque sin estas cadenas.


Por este motivo he pedido verlos y hablar con ustedes. Me han encadenado por tener la misma esperanza que tiene todo Israel.


Predicaba del reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo sin impedimento y sin temor alguno.


―¡Es necesario obedecer a Dios antes que a cualquier persona! —respondieron Pedro y los demás apóstoles—.


Así que, como estamos seguros de todo esto, actuamos con plena confianza.


Así que somos representantes de Cristo. Como si Dios les llamara la atención a ustedes por medio de nosotros. Por eso les rogamos, en nombre de Cristo, que se reconcilien con Dios.


Yo, Pablo, estoy preso por anunciar el mensaje de Cristo Jesús, y lo he hecho por el bien de ustedes los no judíos.


Por eso yo, que estoy preso por servir al Señor, les ruego que se porten bien, como gente que Dios ha llamado a ser parte de su pueblo.


Oren también por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a conocer con valor la buena noticia que Dios tenía en secreto.


Tengo el gran deseo y la firme confianza de que en nada seré avergonzado. Al contrario, ya sea que yo viva o muera, ahora y siempre quiero ser valiente, para que Cristo sea grandemente alabado por medio de mí.


Y está bien que yo piense así de todos ustedes porque los llevo en el corazón. Dios me dio el inmerecido privilegio de anunciar la buena noticia, y ustedes me han ayudado a hacerlo. Lo han hecho mientras he estado en la cárcel o he tenido que defender y confirmar la buena noticia.


Oren además por nosotros para que Dios nos abra la oportunidad de anunciar el mensaje del plan que Dios mantenía en secreto, que es Cristo, y por el cual estoy preso.


Oren para que yo lo anuncie con claridad, como debo hacerlo.


Y saben también que, a pesar de los sufrimientos y los insultos que antes recibimos en Filipos, nuestra confianza en nuestro Dios creció. Por eso nos atrevimos a comunicarles la buena noticia en medio de una gran lucha.


Le pido al Señor que trate con bondad a la familia de Onesíforo, porque muchas veces me dio ánimo y no se avergonzó de que yo estuviera preso.


por la que sufro en gran manera, hasta el punto de llevar cadenas como un criminal. Pero la palabra de Dios no está encadenada.


Te suplico que trates bien a Onésimo, quien es mi hijo en la fe. A él le hablé de Cristo mientras yo estaba preso.


prefiero rogártelo en nombre del amor. Ya soy anciano y, además, estoy preso por anunciar el mensaje de Cristo Jesús.


Nosotros sabemos lo que es el amor porque Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos en la fe.


Queridos hermanos en la fe, mucho he deseado escribirles acerca de la salvación que ustedes y yo compartimos. Pero ahora siento la necesidad de escribirles acerca de otro asunto: para rogarles que luchen fuertemente por defender todo en lo que hemos creído. Porque esa enseñanza fue entregada para siempre a los creyentes.