Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea. Los que se esfuerzan logran aferrarse a él.
1 Corintios 9:26 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Así que yo no me esfuerzo inútilmente; yo lucho con el premio en mente. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, Biblia Nueva Traducción Viviente Por eso yo corro cada paso con propósito. No solo doy golpes al aire. Biblia Católica (Latinoamericana) Así que no quiero correr sin preparación, ni boxear dando golpes al aire. La Biblia Textual 3a Edicion Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera lucho, no como golpeando el aire; Biblia Serafín de Ausejo 1975 En consecuencia, así es como corro yo, no como a la buena de Dios. Así es también como hago pugilato, no como dando golpes al aire; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, |
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea. Los que se esfuerzan logran aferrarse a él.
―Esfuércense por entrar por la puerta estrecha —contestó—, porque les digo que muchos tratarán de entrar y no podrán.
Así sucede con ustedes. A menos que su lengua pronuncie palabras comprensibles, ¿cómo se sabrá lo que dicen? Será como si hablaran al aire.
Nuestro cuerpo es como una tienda de campaña. Bien sabemos que, si esta tienda se destruye, Dios nos dará en el cielo un cuerpo mejor. Será un cuerpo parecido a un edificio, una casa eterna, no construida por manos humanas.
Así que nos mantenemos confiados, y preferiríamos dejar ya este cuerpo y vivir junto al Señor.
Fui porque Dios me había mostrado que debía hacerlo. Allí me reuní en privado con los que eran reconocidos como dirigentes. Entonces les expliqué el mensaje de la buena noticia, el cual predico entre los que no son judíos. Quería contarles lo que hacía, para que todo mi esfuerzo no fuera inútil.
Porque nuestra lucha no es contra gente de esta tierra, sino contra fuerzas espirituales malignas que actúan en el reino espiritual. Luchamos contra gobernantes, autoridades y poderes que no son de este mundo y tienen dominio sobre las tinieblas.
Y es por anunciar ese mensaje que ahora paso sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído. También estoy seguro de que Cristo tiene poder para guardar hasta el día del juicio final lo que le he confiado.
Así mismo, el atleta no recibe la corona de vencedor si no compite según el reglamento.
Me he esforzado, como quien pelea una buena batalla o termina una carrera. Y, al final, he mantenido la fe en Cristo.
¡Estamos rodeados de una gran cantidad de testigos! Nos miran como si estuviéramos en una carrera. Por tanto, eliminemos de nuestra vida el pecado, que es como un peso que nos estorba para correr y se nos enreda en los pies. Corramos sin descanso la carrera que tenemos por delante.
La promesa de gozar de su descanso todavía permanece. Pero debemos tener cuidado, pues alguno de ustedes podría quedarse sin disfrutarlo.
Tengo algo que decirles a los líderes de ustedes. Lo digo yo, que también soy uno de los líderes de la iglesia. Además, soy testigo de los sufrimientos de Cristo y, cuando él nos muestre toda su gloria, yo tendré mi parte. Esto es lo que les ruego:
Por eso, hermanos en la fe, hagan el doble de esfuerzo por vivir así, para que demuestren que han sido llamados y elegidos por Dios. Si hacen estas cosas, nunca les irá mal en la vida.