Jesús respondió: —Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
Juan 14:24 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías, sino del Padre que me envió. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Biblia Nueva Traducción Viviente El que no me ama no me obedece. Y recuerden, mis palabras no son mías; lo que les hablo proviene del Padre, quien me envió. Biblia Católica (Latinoamericana) El que no me ama no guarda mis palabras; pero el mensaje que escuchan no es mío, sino del Padre que me ha enviado. La Biblia Textual 3a Edicion El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que oís no es mía, sino del Padre que me envió. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El que no me ama, no guarda mis palabras. La palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me ha enviado'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. |
Jesús respondió: —Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les comunico, no las hablo como cosa mía, sino que es el Padre que está en mí, quien realiza sus obras.
Te aseguro que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio.
El enviado de Dios comunica el mensaje divino, pues Dios mismo le da su Espíritu sin restricción.
Entonces Jesús afirmó: —Les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace, porque cualquier cosa que hace el Padre, la hace también el Hijo.
Por eso Jesús, que seguía enseñando en el Templo, exclamó: —¡Conque ustedes me conocen y saben de dónde vengo! No he venido por mi propia cuenta, sino que me envió uno que es digno de confianza. Ustedes no lo conocen,
Son muchas las cosas que tengo que decir y juzgar de ustedes. Pero el que me envió es veraz, y lo que le he oído decir es lo mismo que le repito al mundo.
Por eso Jesús añadió: —Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, sabrán ustedes que yo soy y que no hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado.
Yo hablo de lo que he visto en presencia del Padre; y ustedes hacen lo que de su padre han escuchado.
—Si Dios fuera su Padre —contestó Jesús—, ustedes me amarían, porque yo he venido de Dios y aquí me tienen. No he venido por mi propia cuenta, sino que él me envió.