Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





Juan 3:34 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

34 El enviado de Dios comunica el mensaje divino, pues Dios mismo le da su Espíritu sin restricción.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

34 Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Pues él es enviado por Dios y habla las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin límites.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Aquel que Dios ha enviado habla las palabras de Dios, y Dios le da el Espíritu sin medida.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

34 Pues el que Dios envió, habla las palabras de Dios, porque Dios no da el Espíritu por medida.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Porque aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios; pues no da el Espíritu con cicatería.

Ver Capítulo Copiar




Juan 3:34
29 Referencias Cruzadas  

Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.


»Cuando venga el Consolador que yo les enviaré de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él testificará acerca de mí.


«Este es mi siervo, a quien he escogido, mi amado, en quien me deleito; sobre él pondré mi Espíritu y proclamará justicia a las naciones.


Porque toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo;


Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha concedido al Hijo el tener vida en sí mismo,


«El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos,


Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud


pues por medio de él la ley del Espíritu de vida te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.


—Mi enseñanza no es mía —respondió Jesús—, sino del que me envió.


Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.


De su plenitud todos recibimos gracia sobre gracia,


Aunque soy el más insignificante de todos los creyentes, recibí esta gracia de predicar a las naciones las incalculables riquezas de Cristo


El que es de Dios escucha lo que Dios dice. Pero ustedes no escuchan, porque no son de Dios.


Luego el ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero


Pero digo la verdad: les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré.


Al cruzar, Elías preguntó a Eliseo: —¿Qué quieres que haga por ti antes de que me separen de tu lado? —Te pido que yo herede una doble porción de tu espíritu —respondió Eliseo.


El Señor descendió en la nube y habló con Moisés, y compartió con los setenta jefes ancianos el Espíritu que estaba sobre él. Cuando el Espíritu descansó sobre ellos, se pusieron a profetizar. Pero esto no volvió a repetirse.


También me dijo: «Ya todo está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida.


Ustedes, en cambio, quieren matarme a mí, que les he expuesto la verdad que he recibido de parte de Dios. ¡Abraham jamás hizo algo así!


«En cuanto a mí —dice el Señor—, este es mi pacto con ellos: Mi Espíritu que está sobre ti y mis palabras que he puesto en tus labios, no se apartarán más de ti, ni de tus hijos ni de sus descendientes, desde ahora y para siempre», dice el Señor.


Tú amas la justicia y odias la maldad; por eso Dios, tu Dios, te ungió con aceite de alegría, te prefirió a ti por encima de tus compañeros.


hasta el día en que fue llevado al cielo, luego de darles instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido.


De las ofrendas puestas al fuego ante el Señor, esa es la porción consagrada para Aarón y sus hijos desde el día en que Moisés se los presentó al Señor como sacerdotes.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios