¿Cómo podré volver junto a mi padre si mi hermano menor no está conmigo? ¡No soy capaz de ver la desgracia que le sobrevendrá a mi padre!».
Ester 8:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Porque ¿cómo podría yo ver la calamidad que se cierne sobre mi pueblo? ¿Cómo podría ver impasible el exterminio de mi gente? Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Porque ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver la destrucción de mi nación? Biblia Nueva Traducción Viviente Pues, ¿cómo podría soportar ver a mi pueblo y a mi familia ser masacrados y destruidos? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Cómo podría yo presenciar la desgracia que va a caer sobre mi pueblo? ¿Cómo podría presenciar la destrucción de mi raza?» La Biblia Textual 3a Edicion Porque, ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Y cómo podré contemplar la destrucción de mi parentela? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque, ¿cómo podré yo contemplar la desgracia que va a caer sobre mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver el exterminio de mi raza?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque ¿cómo podré yo ver el mal que vendrá sobre mi pueblo? ¿Y cómo podré yo ver la destrucción de mi gente? |
¿Cómo podré volver junto a mi padre si mi hermano menor no está conmigo? ¡No soy capaz de ver la desgracia que le sobrevendrá a mi padre!».
y respondí al rey: —¡Que viva Su Majestad para siempre! ¿Cómo no he de estar triste si la ciudad donde están los sepulcros de mis antepasados se halla en ruinas, con sus puertas consumidas por el fuego?
Porque a mí y a mi pueblo se nos ha vendido para exterminio, muerte y aniquilación. Si solo se nos hubiera vendido como esclavos, yo me habría quedado callada, pues tal angustia no sería motivo suficiente para inquietar a Su Majestad.
El edicto y la orden del rey debían ejecutarse el día trece del mes doce, que es el mes de adar. Los enemigos de los judíos esperaban dominarlos ese día; pero ahora se habían invertido los papeles y los judíos dominaban a quienes los odiaban.
¡Qué angustia, qué angustia! ¡Me retuerzo de dolor! Mi corazón se agita. ¡Ay, corazón mío! ¡No puedo callarme! Puedo escuchar el toque de trompeta y el grito de guerra.
¡Ojalá mi cabeza fuera un manantial y mis ojos una fuente de lágrimas, para llorar de día y de noche por los muertos de mi pueblo!
Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por los israelitas es que lleguen a ser salvos.