Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Ester 8:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

6 Porque ¿cómo podría yo ver la calamidad que se cierne sobre mi pueblo? ¿Cómo podría ver impasible el exterminio de mi gente?

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Porque ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver la destrucción de mi nación?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Pues, ¿cómo podría soportar ver a mi pueblo y a mi familia ser masacrados y destruidos?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 ¿Cómo podría yo presenciar la desgracia que va a caer sobre mi pueblo? ¿Cómo podría presenciar la destrucción de mi raza?»

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Porque, ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Y cómo podré contemplar la destrucción de mi parentela?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Porque, ¿cómo podré yo contemplar la desgracia que va a caer sobre mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver el exterminio de mi raza?'.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Porque ¿cómo podré yo ver el mal que vendrá sobre mi pueblo? ¿Y cómo podré yo ver la destrucción de mi gente?

Ver Capítulo Copiar




Ester 8:6
9 Referencias Cruzadas  

¿Cómo podré volver junto a mi padre si mi hermano menor no está conmigo? ¡No soy capaz de ver la desgracia que le sobrevendrá a mi padre!».


y respondí al rey: —¡Que viva Su Majestad para siempre! ¿Cómo no he de estar triste si la ciudad donde están los sepulcros de mis antepasados se halla en ruinas, con sus puertas consumidas por el fuego?


Porque a mí y a mi pueblo se nos ha vendido para exterminio, muerte y aniquilación. Si solo se nos hubiera vendido como esclavos, yo me habría quedado callada, pues tal angustia no sería motivo suficiente para inquietar a Su Majestad.


El edicto y la orden del rey debían ejecutarse el día trece del mes doce, que es el mes de adar. Los enemigos de los judíos esperaban dominarlos ese día; pero ahora se habían invertido los papeles y los judíos dominaban a quienes los odiaban.


¡Qué angustia, qué angustia! ¡Me retuerzo de dolor! Mi corazón se agita. ¡Ay, corazón mío! ¡No puedo callarme! Puedo escuchar el toque de trompeta y el grito de guerra.


¡Ojalá mi cabeza fuera un manantial y mis ojos una fuente de lágrimas, para llorar de día y de noche por los muertos de mi pueblo!


Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por los israelitas es que lleguen a ser salvos.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos