Pero yo, Señor, elevo a ti una oración en el tiempo de tu buena voluntad. Por tu gran amor, oh Dios, respóndeme; por tu fidelidad, sálvame.
2 Corintios 6:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Porque él dice: «En el momento propicio te escuché y en el día de salvación te ayudé». Les digo que este es el momento propicio de Dios; hoy es el día de salvación. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues Dios dice: «En el momento preciso, te oí. En el día de salvación te ayudé». Efectivamente, el «momento preciso» es ahora. Hoy es el día de salvación. Biblia Católica (Latinoamericana) Dice la Escritura: En el momento fijado te escuché, en el día de la salvación te ayudé. Este es el momento favorable, éste es el día de la salvación. La Biblia Textual 3a Edicion (porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido:° ¡He aquí ahora el tiempo aceptable! ¡He aquí ahora el día de salvación!), Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues dice: En el momento favorable te atendí y en día saludable te presté ayuda. Ahora es el tiempo favorable; ahora es el día de salvación. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable, he aquí ahora el día de salvación. |
Pero yo, Señor, elevo a ti una oración en el tiempo de tu buena voluntad. Por tu gran amor, oh Dios, respóndeme; por tu fidelidad, sálvame.
Así dice el Señor: «En el momento propicio te responderé y en el día de salvación te ayudaré. Ahora te guardaré y haré de ti un pacto para el pueblo, para que restaures el país y repartas las propiedades asoladas;
a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo
»”Tiempo después pasé de nuevo junto a ti y te miré. Estabas en la edad del amor. Entonces te extendí mi manto y cubrí tu desnudez. Me comprometí, hice alianza contigo y fuiste mía, afirma el Señor y Dios.
Más bien, mientras dure ese «hoy», anímense unos a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado.
Dios volvió a fijar un día, que es «hoy», cuando mucho después declaró por medio de David lo que ya se ha mencionado: «Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan sus corazones».