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1 Samuel 5:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Los que no murieron fueron azotados por tumores, de modo que los gritos de la ciudad llegaban hasta el cielo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y los que no morían, eran heridos de tumores; y el clamor de la ciudad subía al cielo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los que no morían, sufrían de tumores; y el clamor del pueblo ascendió al cielo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los que no morían se llenaban de tumores, y desde la ciudad subía al cielo una gran lamentación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y los que no morían, eran afectados con hemorroides; y el clamor de la ciudad subía a los cielos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Las personas que no morían eran heridas con tumores; el clamor de la ciudad subía hasta el cielo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los que no morían, eran heridos de hemorroides; y el clamor de la ciudad subía al cielo.

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Otras versiones



1 Samuel 5:12
9 Referencias Cruzadas  

Jehú dará muerte a cualquiera que escape de la espada de Jazael y Eliseo dará muerte a cualquiera que escape de la espada de Jehú.


Todos en Egipto se levantaron esa noche, lo mismo el faraón que sus funcionarios, y hubo grandes lamentos en el país. No había una sola casa egipcia donde no hubiera algún muerto.


«Judá está de luto y sus ciudades desfallecen; hay lamentos en el país, y sube el clamor de Jerusalén.


Giman, pastores, y clamen; revuélquense en el polvo, jefes del rebaño, porque les ha llegado el día de la matanza; serán dispersados y caerán como carneros escogidos.


Se oye el clamor desde Joronayin: ¡devastación y gran destrucción!


Será como cuando alguien huye de un león y se le viene encima un oso, o como cuando al llegar a su casa, apoya la mano en la pared y lo muerde una serpiente.


El arca del Señor estuvo en territorio filisteo siete meses.


«Mañana, a esta hora, te voy a enviar un hombre de la tierra de Benjamín. Lo ungirás como gobernante de mi pueblo Israel, para que lo libre del poder de los filisteos. Me he compadecido de mi pueblo, pues sus gritos de angustia han llegado hasta mí».