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Juan 19:11 - Biblia Martin Nieto

Jesús le respondió: 'No tendrías ningún poder sobre mí si no te lo hubiera dado Dios; por eso, el que me ha entregado a ti es más culpable que tú'.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Jesús le dijo: —No tendrías ningún poder sobre mí si no te lo hubieran dado desde lo alto. Así que el que me entregó en tus manos es el que tiene el mayor pecado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús respondió: 'No tendrías ningún poder sobre mí si no lo hubieras recibido de lo alto. Por esta razón, el que me ha entregado a ti tiene mayor pecado que tú.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Jesús le respondió: Ninguna autoridad tendrías sobre mí, si no te hubiera sido dada de arriba; por esto, el que me entregó a ti° tiene mayor pecado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Respondió Jesús: 'Ninguna autoridad tendrías sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene mayor pecado'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.

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Otras versiones



Juan 19:11
37 Referencias Cruzadas  

Tuya es, Señor, la grandeza, el poder, el honor, la majestad y la gloria, pues todo cuanto hay en el cielo y en la tierra es tuyo. Tuyo, Señor, es el reino, porque te alzas soberanamente sobre todo.


líbrame de todas mis maldades, no me expongas a la burla de los necios.


No esperéis nada de la violencia, no os hagáis ilusión con la rapiña; si llegáis a ser ricos, no pongáis vuestro corazón en las riquezas.


¿Quién dijo algo y quedó hecho? ¿No es el Señor el que decide?


El árbol visto por ti, que se hizo grande y robusto, tan alto que llegaba hasta el cielo y era visible en toda la tierra,


Todo lo dicho le sobrevino al rey Nabucodonosor.


Ante él todos los habitantes de la tierra no valen nada; él hace lo que quiere con las milicias de los cielos y con los habitantes de la tierra. No hay nadie que pueda detener su mano, o le diga: ¿Qué haces?


Fue expulsado de la sociedad de los hombres; su corazón fue hecho semejante al de las bestias y fue a convivir con los asnos salvajes; se le dio de comer hierba como a los toros, y su cuerpo se humedeció con rocío del cielo, hasta que reconoció que el Dios altísimo tiene poder sobre el imperio de los hombres y pone en él a quien quiere.


Entonces el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras y dijo: '¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Habéis oído la blasfemia.


Lo ataron y lo llevaron al gobernador Pilato.


no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal'.


El traidor les había dado esta señal: 'Al que yo bese, ése es; prendedlo y conducidlo bien seguro'.


Todos los días estaba con vosotros en el templo, y no me echasteis mano; pero ésta es vuestra hora y el poder de las tinieblas'.


y lo llevaron primero a Anás, por ser suegro de Caifás. Éste era sumo sacerdote aquel año.


Judas, al frente de la tropa y de los guardias de los sumos sacerdotes y fariseos, fue allí con linternas, antorchas y armas.


Pilato le dijo: '¿Por qué no me contestas? ¿No sabes que puedo darte la libertad o crucificarte?'.


Juan respondió: 'El hombre no puede apropiarse nada si Dios no se lo da.


Querían prenderlo, pero nadie puso en él las manos porque su hora no había llegado todavía.


Jesús les dijo: 'Si fueseis ciegos, no tendríais culpa; pero como decís que veis, seguís en pecado'.


Conforme al plan proyectado y previsto por Dios, os lo entregaron, y vosotros lo matasteis crucificándolo por manos de los paganos;


El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su Hijo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, el cual decidió ponerlo en libertad;


para hacer lo que tu poder y tu sabiduría habían determinado que se hiciera.


Porque de él y por él y para él son todas las cosas. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Que cada uno se someta a las autoridades que están en el poder, porque no hay autoridad que no venga de Dios; y los que hay han sido puestos por Dios.


Todo don excelente y todo don perfecto viene de lo alto, del Padre de las luces, en el que no hay cambio ni sombra de variación.


Pues el que sabe hacer el bien y no lo hace comete pecado.