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Lucas 22:53 - Biblia Martin Nieto

53 Todos los días estaba con vosotros en el templo, y no me echasteis mano; pero ésta es vuestra hora y el poder de las tinieblas'.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

53 Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

53 ¿Por qué no me arrestaron en el templo? Estuve allí todos los días, pero este es el momento de ustedes, el tiempo en que reina el poder de la oscuridad».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

53 ¿Por qué no me detuvieron cuando día tras día estaba entre ustedes en el Templo? Pero ahora reinan las tinieblas, y es la hora de ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

53 Estando Yo con vosotros cada día en el templo,° no extendisteis las manos contra mí. Pero ésta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

53 Mientras estaba yo entre vosotros día tras día en el templo, no extendisteis las manos contra mí. Pero ésta es vuestra hora y el poder de las tinieblas'.

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Lucas 22:53
20 Referencias Cruzadas  

es breve la alegría del malvado, su gozo es sólo de un instante?


Entró en el templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo y le preguntaron: '¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado esa autoridad?'.


Y dijo a los sumos sacerdotes, a los oficiales del templo y a los ancianos que habían venido a prenderlo: 'Habéis venido a prenderme como a un ladrón, con espadas y palos.


Lo apresaron y lo condujeron a la casa del sumo sacerdote. Pedro lo seguía de lejos.


Ahora estoy profundamente angustiado. ¿Y qué voy a decir? ¿Pediré al Padre que me libre de esta hora? No, pues para esto precisamente he llegado a esta hora.


Judas tomó el bocado y salió en seguida. Era de noche.


No hablaré ya muchas cosas con vosotros, porque el príncipe de este mundo está para llegar. No tiene poder sobre mí;


Querían prenderlo, pero nadie puso en él las manos porque su hora no había llegado todavía.


Los guardias volvieron sin él. Los fariseos y los sumos sacerdotes les dijeron: '¿Por qué no lo habéis traído?'.


a abrirles los ojos, para que pasen de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios; para que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los consagrados.


Porque nuestra lucha no es contra gente de carne y hueso, sino contra los principados y potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus del mal, que moran en los espacios celestes.


que nos rescató del poder de las tinieblas y nos transportó al reino de su Hijo querido,


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