Al oír la sentencia que el hombre de Dios pronunciaba contra el altar de Betel, el rey extendió el brazo desde el altar y dijo: «¡Prendedlo!» Pero el brazo que había extendido contra el hombre se le paralizó, de modo que no podía contraerlo.
Juan 5:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 En esos pórticos se hallaban tendidos muchos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Biblia Nueva Traducción Viviente Una multitud de enfermos —ciegos, cojos, paralíticos— estaban tendidos en los pórticos. Biblia Católica (Latinoamericana) y bajo los pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, tullidos (y paralíticos. Todos esperaban que el agua se agitara, La Biblia Textual 3a Edicion En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos e impedidos.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yacía en éstos una multitud de enfermos: ciegos, cojos, paralíticos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En estos yacía gran multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que esperaban el movimiento del agua. |
Al oír la sentencia que el hombre de Dios pronunciaba contra el altar de Betel, el rey extendió el brazo desde el altar y dijo: «¡Prendedlo!» Pero el brazo que había extendido contra el hombre se le paralizó, de modo que no podía contraerlo.
Dichosos los que me escuchan y a mis puertas están atentos cada día, esperando a la entrada de mi casa.
¡Ay del pastor inútil que abandona su rebaño! ¡Que la espada le hiera el brazo, y el puñal le saque el ojo derecho! ¡Que del brazo quede tullido, y del ojo derecho, ciego!
Se le acercaron grandes multitudes que llevaban cojos, ciegos, lisiados, mudos y muchos enfermos más, y los pusieron a sus pies; y él los sanó.
Su fama se extendió por toda Siria, y le llevaban todos los que padecían de diversas enfermedades, los que sufrían de dolores graves, los endemoniados, los epilépticos y los paralíticos, y él los sanaba.
Entonces respondió a los enviados: ―Id y contadle a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas.
Había allí, junto a la puerta de las Ovejas, un estanque rodeado de cinco pórticos, cuyo nombre en arameo es Betzatá.
Pero, si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia.
Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las temporadas de lluvia.