el ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos jóvenes. Que por medio de ellos sea recordado mi nombre y el de mis padres, Abraham e Isaac. Que crezcan y se multipliquen sobre la tierra».
2 Samuel 4:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Pero David les respondió a Recab y a Baná, los hijos de Rimón el berotita: ―Tan cierto como que vive el Señor, quien me ha librado de todas mis angustias, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y David respondió a Recab y a su hermano Baana, hijos de Rimón beerotita, y les dijo: Vive Jehová que ha redimido mi alma de toda angustia, Biblia Nueva Traducción Viviente Pero David les dijo a Recab y a Baana: —El Señor, quien me salva de todos mis enemigos, es mi testigo. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero David respondió a Recab y a su hermano Baana, hijos de Rimón de Beerot: 'Por Yavé que vive y que me ha librado de todos mis problemas, La Biblia Textual 3a Edicion Pero David respondió a Recab y a su hermano Baana, hijos de Rimón beerotita, diciendo: ¡Vive YHVH que ha redimido mi alma de toda adversidad! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero David respondió a Recab y a su hermano Baaná, hijos de Rimón de Beerot, y les dijo: '¡Por vida de Yahveh que me ha librado de toda angustia! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y David respondió a Recab y a su hermano Baana, hijos de Rimón beerotita, y les dijo: Vive Jehová que ha redimido mi alma de toda adversidad, |
el ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos jóvenes. Que por medio de ellos sea recordado mi nombre y el de mis padres, Abraham e Isaac. Que crezcan y se multipliquen sobre la tierra».
Isboset contaba con dos sujetos que comandaban bandas armadas. Uno de ellos se llamaba Baná, y el otro Recab, y ambos eran hijos de Rimón el berotita y pertenecían a la tribu de Benjamín. Berot se consideraba parte de Benjamín,
Entonces el rey le hizo este juramento: ―Tan cierto como que vive el Señor, que me ha librado de toda angustia,
Que lo digan los redimidos del Señor, a quienes redimió del poder del adversario,
Gritarán de júbilo mis labios cuando yo te cante salmos, pues me has salvado la vida.
Sin embargo, así como hoy valoré tu vida, quiera el Señor valorar mi propia vida y librarme de toda angustia.