Odiaba a su padre por abandonarlo, pero Dios lo ayudó a perdonar y lo usó para salvarlo – Juan «Rubito»

Perdonar no siempre es una tarea fácil, y mucho más cuando se trata de perdonar a un familiar. Aunque la verdad es que perdonar esas ofensas o faltas nos traerán una paz libertadora.

Juan «Rubito» creció junto a su madre y hermano solamente, ya que su padre los abandonó.

Esto provocó que un joven Juan diera cabida al rencor en su corazón, un odio profundo hacia su progenitor.

Por tal razón, desde los 14 años, empezó a llenarse de lo que las calles le ofrecían, aunque reconoce que aquello es algo de lo que no está muy orgulloso; ya que le gustaría haber entregado su vida a Jesús.

Cuando ya se rinde a Dios, se le presenta la ocasión en que el Señor, a través de unos amigos, le dicen que debe perdonar para que él también pueda ser perdonado.

En un principio, no le agradó la idea y hasta contendió con Dios por ello, pero al final reconoció que era necesario, por lo que cuando se le presentó la ocasión, se acercó a su padre, lo abrazó y le dijo que lo perdonaba.

Lo más impresionante de su historia, es que además de perdonar, Dios le dio la tarea de hacer que su padre confesara a Cristo para que alcanzara la salvación.

Y así fue, en sus últimos momentos de vida, en un hospital, Juan se acercó a su padre, lo hizo alcanzar la vida eterna y el Señor le reveló cómo su padre le pedía perdón, ya que en ese momento no podía hablar.

Este hombre de Dios se muestra agradecido no solo por el hecho de que el Todopoderoso lo enseñó a perdonar y lo libró de una terrible raíz de amargura, sino que también hizo que su progenitor fuera alcanzado por la misericordia del Señor, así como él.